“The Good Place”: una comedia divina que busca hacerte una mejor persona

“The Good Place” comenzó su cuarta y última temporada el pasado 26 de setiembre, llenando un extraño agujero en la televisión con su peculiar mezcla de humor surrealista y exploración moral. Advertencia, en esta nota discutiremos spoilers de las tres primeras temporadas de esta comedia.

- ¿Qué es “The Good Place”?-

La serie de Michael Schur (“The Office”, “Brooklyn Nine-Nine” y “Parks and Recreations”) trata sobre Eleanor Shellstrop (Kristen Bell), una timadora de Arizona que tras morir entra al “Buen Lugar”, un sitio paradisíaco donde terminan todas las ‘buenas personas’ tras morir.

A diferencia de las principales religiones, en la cosmología de "The Good Place" las personas se ganan un lugar en el Más allá por un sistema de puntaje rígido y casi computarizado, donde las acciones que uno toma cada día ganan y pierden a uno los puntos que determinan el destino de nuestra alma inmortal.

Eleanor, quien no llevó una vida altruista, llega a la conclusión que ha llegado al ‘cielo’ por un error burocrático divino y busca mejorar como persona, o al menos hacer parecer como si lo ha hecho, con la ayuda del profesor de filosofía Chidi Anagonye (William Jackson Harper) para camuflarse en la población del Buen lugar y no terminar en el apropiadamente llamado Mal lugar.

El elenco lo completan el arquitecto del Buen lugar Michael (Ted Danson), su asistente y ‘deus ex machina’ en dos patas Janet (D’Arcy Carden), la socialité Tahani Al-Jamil (Jameela Jamil) y Jason Mendoza (Manny Jacinto), un DJ amateur y vendedor de drogas que ha sido confundido por un monje budista.

La primera temporada de la serie trata sobre los esfuerzos de Eleanor de mantenerse en el Buen lugar mientras aprende a ser una mejor persona gracias a las enseñanzas de Chidi, terminando con una vuelta de tuerca que pronto se convirtió en un meme en la web: el Buen lugar era realmente el Mal lugar bajo un novedoso método de tortura donde los protagonistas fueron elegidos para sacarse de sus casillas mutuamente o, como lo diría Jean-Paul Sartre, “el infierno son los otros”.

La segunda temporada trata de los esfuerzos de los protagonistas, reclutando la ayuda de un reformado Michael y de Janet, de escapar del Mal lugar, liderado por el demonio Shawn (Marc Evan Jackson) y presentar su caso ante la todopoderosa juez Gen (Maya Rudolph), la última autoridad en cuestión a la vida después de la muerte.

La tercera temporada consiste en un experimento para probar si los seres humanos podían cambiar realmente mientras estaban vivos. Para eso, Eleanor, Chidi, Tahani y Jason son enviados al momento de sus supuestas muertes, aunque sin sus memorias del Buen lugar. La intervención de Michael, que accidentalmente revela la naturaleza del Más allá a los cuatro humanos, invalida completamente el experimento, por lo que ellos adoptan la nueva misión de intentar salvar las almas de sus seres queridos. Esta temporada termina con una gran revelación: nadie, por más altruista que ha sido en vida, ha podido entrar al Buen lugar en más de 500 años.

Esto tiene que ver con la complejidad de la vida contemporánea, donde una acción conlleva a una serie de decisiones ‘malas’ escondidas. Por ejemplo, el comprar una manzana implica hacerse responsable por el uso de insecticidas que afectan el medio ambiente, posiblemente el uso de trabajadores ilegales, el apoyo a una empresa no ética, etc.

Es así que la premisa de esta cuarta y última temporada vuelve al Buen lugar, aunque ahora con la diferencia que los protagonistas iniciales tendrán que demostrar que su mejora como personas en el falso paraíso no fue un hecho fortuito y que la manera en cómo ha sido decidido el destino de las almas de la humanidad en los últimos siglos ha sido un error. Para esto, habrá cuatro nuevos participantes quienes, liberados de los problemas y complicaciones de la vida moderna, deberán convertirse en mejores personas. ¿El problema? Estos sujetos serán elegidos por miembros del Mal lugar.

-De vuelta al vecindario-

Después de una temporada explorando diversos lugares de la Tierra y del Más allá, "The Good Place" regresa a sus raíces en el vecindario ya familiar para los seguidores de la serie y probablemente en el espacio en el que estuvo más cómodo para desplegar su peculiar sentido del humor.

La nueva temporada también permite mostrar el crecimiento como personas que han tenido Tahani, Jason, Michael, Janet y, sobre todo, Eleanor, quien toma un papel protagónico en los esfuerzos de vencer a las fuerzas del Mal lugar en la apuesta que decidirá el destino de la humanidad. En un reverso de la primera temporada, Eleanor toma el papel de ‘arquitecta’ del vecindario, después que Michael sufriera un ataque de nervios.

Los nuevos residentes son John Wheaton (Brandon Scott Jones), un paparazzi que en vida disfrutaba particularmente escribir artículos críticos sobre Tahani; Brent Nowalk (Ben Koldyke), un arrogante empresario que piensa que el mundo gira en torno a él; y Simone Garnett, interés amoroso de Chidi en la temporada 3, quien ahora actúa erráticamente debido a que piensa que se encuentra en una alucinación antes de morir.

Después de lo leído es fácil pensar que “The Good Place” no es para uno, con su enredada maraña de complejos hilos argumentales y relaciones interpersonales a través de múltiples líneas de tiempo, así como las continuas menciones a filósofos como Kant, John Locke, Tomás de Aquino o pensadores más modernos como T.M. Scanlon y Joshua David Greene. Sin embargo, el show también tiene tiempo para hacer bromas más ‘tontas’, como una casa llena de decoraciones de terroríficos payasos tristes o Derek, un ser humano artificial que en vez de genitales tiene campanillas de viento interpretado por el hilarante Jason Mantzoukas. Con esto quiero decir que hay algo para todos en esta serie, es solo cuestión de que le den una oportunidad.

MÁS INFORMACIÓN

La cuarta y última temporada de “The Good Place” se estrenó el 27 de setiembre en Netflix, con un capítulo incorporándose a la plataforma de streaming cada viernes hasta completar los 14 episodios.