Alex Béjar renació en Perú. Después de debutar en la pantalla grande en “Un retiro para enamorarse”, la actriz española ingresó a la serie más exitosa de la televisión peruana, “Al fondo hay sitio”. “Me cambiaron la vida”, asegura tras destacar que en nuestro país encontró la oportunidad que necesitaba para potenciar su carrera artística.
En la ficción de América TV, Béjar interpreta a Laia Sanz, una joven barcelonesa, novia de Cristóbal Montalbán (Franco Pennano), a quien conoció en España cuando estudiaron cocina juntos.
“Ella vino al Perú para ver a Cristóbal porque sigue sintiendo cosas por él, y como para tantear el terreno le pide trabajar en su restaurante”, refiere.
La actriz llegó a Lima en febrero de este año para estar presente en el estreno de “Un retiro para enamorarse”. Y aprovechó esta visita para contactarse con directores de casting, como Jorge Sánchez de “Al fondo hay sitio”. “Coincidentemente, estaba buscando a una española con mis características para la serie. Entonces, hice la prueba y me eligieron”, narra.
La primera vez que Alex actuó tenía 7 años. Fue en un cortometraje producido por estudiantes de audiovisual de una universidad española. “Como era muy pequeña solo me divertí. Me encantó, encontré algo que me gustaba, me apasionaba, y poco a poco fui enamorándome de la actuación”. “Luego hice bastante publicidad, series web, cosas puntuales”, remarca.
Al cumplir 20 años, Béjar dio uno de los pasos más importantes de su carrera, al ingresar al reparto actoral de la segunda entrega de la famosa serie de Netflix, “Élite”.
—¿Cómo llegaste a esta producción?
Soy muy insistente y pesada, y si quiero algo no paro hasta conseguirlo. Cuando me enteré que iban a hacer la segunda temporada de esta serie que había sido un boom, mandé un montón de correos a los directores de casting y ejecutivos. Hablé con todo el mundo. Semanas después me contestaron. Me dijeron que habían cerrado el casting, pero que había un papel pequeño para decir como 4 o 5 frases. Me presenté y me eligieron.
—¿Cómo fue la experiencia de participar en esta potente producción? ¿Qué obstáculos encontraste?
Sentí muchos nervios, bastante presión. Yo hablo súper rápido, no vocalizo bien, y cuando estoy nerviosa voy mucho más rápido todavía. Temía trabarme, también caerme porque me pusieron unos tacos dos tallas más grandes que los que uso. Me dijeron que intente andar en puntillas para que no se filtre el sonido, y como estaba nerviosa, me tropecé con unos cables. Tuvieron que cortar la escena y maquillarme porque me puse roja (Ríe).
—En “Un retiro para enamorarse” hiciste una amistad bastante bonita con Merly Morello. ¿Cómo tomaste el hecho de que la gente creyera que son pareja en la vida real?
Fue muy gracioso, porque yo decía que ella era mi novia peruana y ella decía que yo era su novia española. La gente lo tomó literal y tuvimos que aclarar que nos estábamos refiriendo a nuestros roles en la película. No me molestó, me pareció divertido.
—¿Después de “Al fondo hay sitio” qué se viene en tu carrera?
Por el momento estoy entregada en cuerpo y alma a esta producción. Luego, para fin de año, tengo otra película también en Perú, con el mismo director de “Un retiro para enamorarse”. Me espera una larga estancia en este hermoso país que me cambió la vida por completo y me dio la oportunidad que necesitaba para después de tantos “no” demostrar lo que puedo lograr.
—¿En algún momento pensaste en declinar a tus sueños?
Casi tiro la toalla cuando postulé a una serie española. Después de cinco castings, quedamos solo dos chicas. Eligieron a la otra chica, pero como hubo un inconveniente, luego me llamaron a mí. Estaba muy feliz, pero esa felicidad se acabó cuando volvieron a convocarla a ella. Me quedé en nada. Llore muchísimo. Me quería morir. Sin embargo, no me rendí, y aquí estoy compartiendo con actores de primera en un país maravilloso.