Durante muchos años, sus temores le hicieron creer a Fernando Díaz que no iba a poder desempeñarse “en cosas que no fueran las que medianamente hacía bien”. Por ese motivo, cuando lo llamaron de Latina para conducir la nueva temporada de “Arriba mi gente”-un programa diferente al que estaba acostumbrado a hacer- sus dudas crecieron, al igual que su miedo al fracaso. ”Muchas veces, nosotros mismos colocamos la lápida y el epitafio a una oportunidad de cambio”, advierte el periodista. “Gracias, Wendy (Ramos), por inspirarme, por decirme: anda, construye, aprende, equivócate; pero crece”, añade.
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“Durante 14 años estuve en ATV. Empecé siendo reportero y dentro del mismo canal fui buscando otras alternativas porque más allá de escribir, de hacer reportajes, sentía la necesidad de comunicar, de conducir noticieros, y llegó ATV+, un canal de noticias que se convirtió en una escuelita para mí. Luego vino ‘ATV Edición Matinal’ (con Alicia Reto), y también seguí como reportero. Pensé que mi vida iba a seguir así durante mucho tiempo más: haciendo ambas cosas, pero me equivoqué. Actualmente estoy en Latina, con un formato de entretenimiento divertido, ameno, en el que me siento feliz”, asegura el reconocido y carismático hombre de prensa.
Fernando Díaz conduce la nueva temporada de “Arriba mi gente”, junto a Mathías Brivio, Karina Borrero y Santi Lesmes. Magazine de Latina que se emite de lunes a viernes a las 9:00 a.m., y al que muy pronto se sumará la exreina de belleza Maju Mantilla.
“Cuando me llamaron de Canal 2 para decirme que estaban buscando a un conductor para un magazine, que sea periodista y divertido; no supe qué decisión tomar, entré en una encrucijada. Por suerte era fin de año, me dieron tiempo para pensarlo”, recuerda.
─¿Fue una decisión difícil?
Fue bastante difícil, porque no se trataba solamente de una estabilidad económica, sino familiar. Vivo a 7 cuadras de ATV, me iba y regresaba caminando. Ya tenía mi vida organizada, el mundo perfecto, adecuado a mi rutina laboral. Este cambio realmente me sacó de mi zona de confort. Tenía muchas dudas.
─¿Cómo lograste despejar esas dudas?
Gracias a una charla que tuve con Wendy Ramos por su libro “Mi fiesta es mía”. Lo que me dijo ese día terminó empujándome al cambio. Me habló de los miedos, de cuando nosotros mismos nos etiquetamos y decimos que no podemos, que no servimos, que no somos capaces o no tenemos el talento. Me puso ejemplos y me hizo esa metáfora del bosque, cuando te llaman del otro lado del “bosque” para ofrecerte algo diferente e inmediatamente aparecen los “no” temerosos para “protegerte”. Muchos me decían que era arriesgado dejar un canal en el que había trabajado tantos años, para irme a un programa que probablemente no iba a funcionar.
─¿Cómo te sientes en este nuevo formato?
Muy cómodo, porque siempre he trabajado en equipo y este es un gran equipo. La idea es dar lo mejor de mí para sumar a este elenco que ya está instalado, y eso es lo que vengo haciendo.
─¿Maju Mantilla se sumará al equipo?
No lo sé.
─¿El Fernando Díaz que vemos en “Arriba mi gente” es un personaje?
No, porque no tengo la escuela de la televisión, de quien se ha formado para ser conductor y adopta ciertas formas. En conducción, no hay códigos de cómo pararse, de cómo hacer una mención o dar un pase. Si bailo es porque me gusta bailar, y si se me ocurre alguna cosa para conectar, la digo, bromeo. También tengo mi lado tímido, el cual he ido soltando poco a poco.
─En el magazine vistes igual de elegante como vestías en el noticiero. ¿Es un requerimiento de la producción?
Hoy (ayer) vine con corbata, pero otro día me verán con un blazer, una camisa, polo y zapatillas. Me visto así porque me gusta, pero el ícono de la elegancia es Pedro Tenorio. Él siempre está impecable.
El éxodo
─Cuando te fuiste de Panamericana a ATV, en 2006, llevaste en las manos una cajita con algunos cassetes de tus reportajes. En este nuevo cambio de casa ¿qué llevaste contigo?
Un contenedor de buenos deseos y de gran aprendizaje. Soy periodista y me gusta este medio. La televisión es mi hábitat, jamás me voy a desligar
─Eras el periodista masculino con más peso en ATV. Ahora que te has ido, ¿sabes quién ocupará tu lugar?
No tengo idea; pero en estos años aprendí que nadie es indispensable en la televisión. He visto a grandes torres caer.
─¿Alguna historia que haya marcado tu carrera periodística?
De hecho hay varias, pero siempre voy a recordar una que hicimos el 2006, con Martín Suyón. En Bogotá nos metimos a un fumadero de droga y cuando ya nos estábamos yendo, se nos acercó un hombre con una pinta de demente para preguntarnos si éramos de Perú porque él también era peruano. En ese momento, el enfoque de la nota cambió. Este hombre se llama Fernando Ayala. Logramos traerlo al Perú y llevarlo con su familia que estuvo buscándolo durante 14 años. Actualmente vive en Chile, se rehabilitó, se casó y tiene hijos. Si no nos hubiésemos detenido a escucharlo ese día, otro hubiese sido su destino. Lo más probable es que estuviese muerto.
─También has cubierto hechos inolvidables de la televisión peruana, como la despedida de Augusto Ferrando de “Trampolín a la fama”. ¿Qué recuerdas de aquel día?
El estudio de Panamericana TV estaba repleto, había un montón de periodistas, de gente. No había aire acondicionado, sudábamos a chorros. Yo estaba empezando, era un chiquillo, estaba emocionado. La frase: “Un comercial y no regreso” cerró el reportaje.
─¿Cómo ves a las nuevas generaciones de periodistas?
No sé qué va a a pasar con las nuevas generaciones porque no hay la pasión ni la escuela de antes. Mi primer jefe fue Alejandro Guerrero, era como el jefe de Spiderman (Risas), me ponía a prueba todos los días, le tenía pánico, era muy disciplinado. Quería todo perfecto, te marcaba desde cómo pararte, qué decir y dónde decirlo. Y si no le gustaba tu texto, lo tiraba al tacho. Ahora somos amigos. Se dedicó a la docencia, trabaja como decano en la UTP (Universidad Tecnológica del Perú). Antes todo era muy intuitivo, los camarógrafos eran empíricos, muchos eran choferes que aprendieron con la práctica y probablemente no tenían ni quinto de secundaria.
─¿Qué representa esta nueva etapa profesional en tu vida?
Estoy cumpliendo mis sueños de niño, cuando jugaba a hacer programas concurso y conducir eventos en televisión. En ese tiempo no se me ocurría ser periodista.
─¿Y cómo llega el periodismo a tu vida?
De casualidad. Soy de Chiclayo, pero estudié Ciencias de la comunicación en la Universidad de Piura. Como ya estaba en el momento de practicar llegué a Lima junto a otros estudiantes. La mayoría tenía el sueño de practicar en El Comercio, pero como la cola era larguísima, habían miles purgando por un espacio, me fui a Panamericana TV, y terminé enamorándome de la prensa televisiva. Conocí a Pepe Mariño, Mónica Delta, Alejandro Guerrero.... En ese tiempo se vivía la pasión por el periodismo, había mucha competencia.
─¿Cómo defines el momento profesional que vives?
Como un momento de expectativa, curiosidad y madurez. Estoy en un canal en el que todo está dispuesto para poder crecer. Este es solo un primer paso.