David Letterman se despidirá la noche del miércoles de la televisión estadounidense tras 33 años en los que condujo con éxito más de 6 mil programas, en los que recibió a estrellas de todo el mundo.
El anuncio de su despedida llegó por teléfono, poco antes de la grabación de uno de los programas de "Late Show With David Letterman". "Fue maravilloso, pero me retiro", dijo el presentador al presidente de la cadena CBS, Leslie Moonves, hace un año.
Durante este tiempo se ha ido despidiendo poco a poco, tranquilo, estoico, cortés y divertido. Como siempre, aunque Madonna jugara con él, Drew Barrymore saltara a su mesa y se quitara la camiseta o Julia Roberts le diera un beso en la boca.
No sólo los estadounidenses sentirán perder una presencia habitual por las noches antes de dormir. También el presentador de 68 años se siente "profundamente melancólico", según dijo recientemente a "The New York Times".
"Pasará una de estas dos cosas: o aceptaré el cambio de forma razonable como un adulto o me convertiré en un criminal", afirmó jocoso.
Ya tras el anuncio de su despedida, decenas de famosos e incluso el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, lamentaron públicamente la marcha del icono, cuyas huellas han seguido otras cadenas y presentadores más jóvenes al imitar su cómico "late night show" tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
"La televisión no será lo mismo sin ti", escribió entonces en twitter la presentadora Ellen DeGeneres. Uno de los rivales de Letterman en las noches, Jimmy Kimmel, también se rindió ante él: "Es el mejor que hubo y que habrá".
Letterman ha conseguido todo lo que se puede lograr en la industria: tras unos pequeños trabajos en la radio, en televisión y en la comedia, moderó durante más de 30 años un "late night show". Desde 1993 estaba al mando de "Late Show With David Letterman", que acaba mañana en la cadena CBS.
Todas las estrellas pasaron por su estudio de Nueva York, marcó la pauta y generó imitadores, ganó numerosos premios y marcó la franja nocturna de la televisión como nadie antes. También presentó una vez la gala de los premios Emmy y de los Oscar, y se lo considera como uno de los cerebros más originales y creativos del sector.
Su valoración creció especialmente con su primera aparición tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York, ciudad a la que él mismo y su programa están muy vinculados. Fue el primer presentador en aparecer en pantalla, seis días después de los ataques, y visiblemente emocionado habló de lo vivido. "Devolvió al país la libertad de reírse", escribió "The New York Times".
"Si antes alguien no lo creía, ahora debe reconocerlo: Nueva York es la ciudad más fantástica del mundo", dijo entonces.
Su despedida continúa con el cambio generacional emprendido en la escena de los "late night shows" en los últimos meses. Su sucesor, Stephen Colbert, que dejó la cadena Comedy Central para asumir el puesto en CBS a partir del 8 de septiembre, tiene 18 años menos. Jay Leno, de 65 años, ya dejó su puesto a Jimmy Fallon, de 40. El "Daily Show" de Jon Stuart (52) pasará a ser dirigido por Trevor Noah (31). Otro presentador con éxito es Jimmy Kimmel, de 47 años.
"Sé que no puedo hacer lo que hace Jimmy Fallon. Y sé que no puedo hacer lo que hace Jimmy Kimmel", dijo Letterman. "Si tuviera 38 años, seguramente me gustaría seguir con el programa. Cuando estaba Jay Leno sentía que éramos contemporáneos. Y pensaba que aún funcionaba que hubiera un hombre más mayor con traje. Pero se marchó y de repente me vi rodeado por los Jimmys".
Le habría gustado que le consultaran por su sucesor, admite Letterman. "Pensaba que habría sido una buena posibilidad de elegir a una mujer o a un afroamericano", afirmó, aunque considera una buena decisión el fichaje de Colbert.
El programa de mañana será divertido, pero no histórico. "Cuando termine, la gente dirá: 'Bien, ¿cuándo empieza el nuevo?" dijo a "The New York Times".
David Letterman, que vive con su segunda esposa y tiene un hijo de 11 años, quiere pasar ahora el tiempo con su familia. "Por primera vez desde que nació Harry, nuestros planes de verano no estarán definidos por mí. Dependerá completamente de lo que quiera mi hijo. Y eso es maravilloso".
(El Comercio/DPA)