El drama requiere conflicto, que dos o más partes con intereses opuestos se enfrenten. Una opción es negociar, pero si ninguno cede, la narración se sostiene en demostraciones de poder, en pérdidas para ambas partes. Esto se aplica a las ficciones clásicas, pero también a la realidad y esta semana ocurre así entre los gremios responsables de ofrecer entretenimiento a Estados Unidos y, por eso mismo, al mundo. Una serie de la vida real cuyo final de temporada promete sabor a repetición, pero no por ello menos intensidad.
Primero, el guionista propone su historia a un estudio, que lo acepta; segundo, el estudio vende la serie a una cadena de canales o una plataforma de streaming; tercero, la serie se produce. Dentro de cada punto hay más pasos, pero basta que el lector sepa que los guiones se hacen en el writer’s room (cuarto de guionistas), espacio físico o virtual donde el showrunner (guionista jefe) se reúne con los escritores bajo su mando, traza la temporada a grandes rasgos, establece los detalles de cada capítulo y, finalmente, delega quién escribirá cada episodio.
Temporada 1: Guionistas vs. productores
Sin más preámbulo, el detonante: Las demandas de la Writers Guild of America (WGA, Gremio de escritores de Estados Unidos) se pueden resumir en tres puntos: mejores compensaciones económicas en el trabajo, incluyendo el incremento en “residuales” (dinero que recibe el escritor por la retransmisión de su obra); que las productoras incrementen sus aportes a los fondos de pensiones y planes de salud del escritor; y proteger el empleo del escribiente, incluyendo medidas en cuanto al uso de inteligencia artificial. ¿En manos de quién está conceder los reclamos? De la Alliance of Motion Pictures and Television Producers (AMPTP, Alianza de productores de cine y televisión), que representa a los estudios.
Adicionalmente, los escritores piden reconocer como un problema la existencia de los mini-rooms, que no son otra cosa que writer’s rooms con una menor cantidad de personas y donde los escritores tienen menos derechos que sus colegas. Estos centros de creación de series se han vuelto cada vez más comunes en un ecosistema donde los estudios prefieren filmar temporadas completas de series cortas en lugar de hacer un episodio piloto (usualmente más caro).
Como explica Variety, las negociaciones ocurren de manera paramétrica, donde cada parte lee sus posiciones y, en caso de responder a las demandas del otro bando, se retiran hacia ambientes separados. Las negociaciones empezaron en marzo, pero hasta este momento no hay humo blanco. Eso es un problema, pues el 1 de mayo a la medianoche vence el plazo para renovar el contrato entre ambos gremios. Si para ese día y hora no hay acuerdo, los escritores pueden dejar sus teclados y empezar la huelga de inmediato.
Ese punto de giro no llega por capricho del guion, pues tiene sustento y su nombre es la legión de escritores que conforman la WGA. El 17 de abril se supo que un 97.85% de afiliados votó por el “sí” para autorizar la huelga en caso no se alcance un acuerdo. No es inusual que los guionistas lleguen a estas decisiones previas, ni a que estas sean con una mayoría aplastante para así meter presión al gremio que debe responderles. Por lo pronto, la decisión de ir a huelga ha sido apoyada por los gremios de directores, actores y técnicos del país.
Temporada 2: La precuela
Como dijo George Harrison en “Los Simpson”, “esto ya se ha visto”. Han sido seis las huelgas de guionistas, cada una de las cuales trajo consecuencias. La más reciente ocurrió entre el 2007 y 2008, catorce semanas donde ningún escritor afiliado trabajó. Una primera consecuencia fue que series largas tuvieron que reducirse. “House Md.”, protagonizada por Hugh Laurie para el canal Fox, cerró su cuarta temporada con solo 14 episodios. Su temporada previa, en comparación, tuvo 24. Su competencia, “Grey’s Anatomy” de ABC, cerró su cuarta temporada con solo 17 episodios.
Pero mientras esas series mantuvieron calidad, otras cayeron como fue el caso de “Héroes”, que cerró su segunda temporada con solo 11 episodios en lugar de los 23 que le correspondían. Escaso margen que, se presume, colapsó la trama y serie nunca volvió a recuperar impulso. “24″ paró totalmente su producción, mientras que otras producciones hicieron malabares para subsistir, como “Breaking Bad” y los seis episodios en su primera temporada en lugar de los 13 que tendrían entregas subsiguientes.
De igual manera, los talk-shows nocturnos, que dependen en gran medida del trabajo de guionistas y se emiten de lunes a viernes, tuvieron que parar toda la producción. A diferencia de una serie, que al tener los guiones listos se puede trabajar con meses de anticipación, los programas de variedades dependen de la actualidad.
Pero la huelga no solo fue para los escritores de televisión, sino para los de cine. ¿Por qué entonces se habla más sobre televisión al mencionar este capítulo de la historia audiovisual? Porque las películas no requieren un guion tras otro, solo uno que, al menos por extensión y de manera teórica, podría tenerse listo en menos tiempo que una temporada detelevisión. Pero esto no significa que las películas se hayan visto exentas de problemas. Como recuerda la web Little White Lies, hubo películas filmadas durante la huelga que no contaron con la presencia de guionistas en el set, quienes son los que hacen las reescrituras en caso algo no funcione en pantalla. Infame es el caso de “Quantum of Solace”, donde el actor protagónico Daniel Craig y el director Marc Forster reescribieron varias partes.
Temporada 3: Las víctimas
Si la huelga procede, serán las temporadas que no hayan terminado de escribirse las que sufran más durante las semanas, o menes, que dure la medida de fuerza. Una de las series afectadas podría ser “House of the Dragon” de HBO, que acaba de empezar producción en abril. Se supone que al tratarse de una serie tan cara, todos los escenarios y grandes secuencias de combate ya fueron planeadas y escritas, pero nunca se sabe.
Sabemos que “Stranger Things” temporada 5 tenía ya su episodio debut listo en noviembre del 2022. Se desconoce si todos los libretos están escritos. Lo mismo ocurre con la segunda temporada de “Merlina”. Ambas son series de Netflix, que tiene por costumbre trabajar series con anticipación y soltarlas cuando crea conveniente. Este servicio en particular no tendría problemas ofreciendo series nuevas, de manera similar a como ocurrió durante la pandemia del Covid-19. Su línea de producción es robusta.
Por el lado de las cadenas de televisión, la situación es distinta. Tradicionalmente, mayo es el mes donde las series largas terminan sus temporadas. Eso ocurrirá con “Grey’s Anatomy” temporada 19, tras lo cual la producción entrará en pausa por unos meses antes de empezar la temporada 20. En algún momento de esta pausa debería retomarse la escritura de los guiones, que podrían retrasarse dependiendo de cuánto dure la huelga en caso de ocurrir.
Mientras es cada vez más común que los servicios de streaming tengan programación realizada en todo el mundo, en el caso de las producciones de habla inglesa Estados Unidos todavía es un sector considerable en cuanto a volumen. Los estudios podrían contratar a guionistas freelance, lo cual no garantiza un buen trabajo. También podrían hacer más programas no guionados, como reality shows. Esto mismo es lo que ocurrió en la huelga del 2007.
Pase lo que pase, el mundo de hoy es distinto al del 2007. La oferta para el espectador es mayor, de modo que las producciones de un solo país no mellarían del mismo modo el consumo de entretenimiento. Aun así, la industria está atenta a lo que ocurra en las próximas horas o días. Los guionistas no protestan por puro capricho.
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