Jaime Bayly cumple 53 años: claves de un personaje irrepetible

Uno de los peruanos con mayor fama internacional cumple 53 años. Establecido actualmente en Estados Unidos, donde conduce un ‘Late Night Show’ en la cadena Mega TV, Jaime Bayly pasa sus días junto a su esposa Silvia y su hija menor, Zoe. 

Desde Miami, el autor de novelas como “Los últimos días de La Prensa” o “No se lo digas a nadie” es noticia cada cierto tiempo por sus polémicas entrevistas, agudos editoriales sobre política internacional y sensibles columnas –mezclas de ficción y realidad—publicadas en su web personal. 

Si bien la distancia entre Miami y Lima es grande, el periodista y escritor que alguna vez coqueteó con la opción de postular a la presidencia no es ajeno a la realidad peruana. Y desde su país la atención es recíproca. 

¿Por qué razón Jaime Bayly sigue en la mente de miles de sus compatriotas? Quizás las siguientes claves puedan explicarlo. 

Conductor de TV: Del ‘niño terrible’ a la madurez 

Para muchos, la faceta más polémica de Jaime Bayly está ligada a sus inicios en la televisión. Entrevistas sin tapujos a personajes locales e internacionales que sucumbieron a su habilidad para extraer secretos de todo tipo. 

“Pulso” y “Qué hay de nuevo”, antes del nuevo milenio, serían un paso previo a su etapa de madurez, lograda entre Lima y el extranjero (Argentina, Miami y Santo Domingo, por ejemplo). 

De vuelta en Lima, ya post dos mil, Jaime Bayly lideró un programa que dejó huella en una generación: “La noche es virgen” en Panamericana Televisión. 

Sin más apoyo que un carismático tecladista, una cortina musical de Pedro Suárez Vértiz y una tribuna que caía rendida a sus elogios, el periodista concretó su transformación en Showman, arrancando lágrimas como besos a sus particulares entrevistados. 

Tras conducir “El francotirador” –con un tinte mucho más político pero sin dejar de lado el entretenimiento-- en Frecuencia Latina y luego de un corto periodo televisivo en la previa de la campaña presidencial 2011, Jaime Bayly emigró a Miami, ciudad donde parece estar cómodo junto a su núcleo cercano: esposa e hija. 

Desde Mega TV el periodista peruano es la cara visible de un programa enfocado fundamentalmente en el público latino residente en EE.UU. Los problemas de Cuba y Venezuela encuentran en el peruano un férreo editorialista. 

-Hijo, esposo y padre  

Siendo un escritor que usa elementos de la realidad para crear historias que plasma en libros o columnas, Jaime Bayly ha expuesto parte de su vida ante la opinión pública. 

Sus televidentes y lectores conocen a su madre, una adorable y católica señora que coincidió con Ricardo Gareca en la recepción que se le dio al Papa Francisco en Lima (según una divertida columna publicada por Bayly hace un par de semanas), a su actual pareja Silvia Núñez del Arco (escritora, youtuber ocasional y madre de familia) y a su engreída, la pequeña Zoe. 

Son varias las columnas y algunos los libros que podrían arrojar pistas sobre quiénes son realmente la madre, esposa y la última hija del periodista. Son ellas (más sus dos hijas mayores, Paola y Camila) los pilares familiares de un personaje muy particular. 

-Periodista aguerrido y escritor dedicado 

La última de las claves que mencionaremos este recuento en torno a por qué recordamos a Jaime Bayly pese a la distancia y los años está compuesta por dos aspectos: sus convicciones políticas y su amor por la escritura. 

Su rechazo a la opción política que significó Alejandro Toledo, su apoyo a la candidatura de Keiko Fujimori en 2011, su posición frente a las críticas al electo presidente estadounidense Donald Trump, su antri castrismo y su anti chavismo son mayoritariamente conocidos y públicos. 

Cada uno de estos factores han ido formando al personaje que noche a noche se presenta ante cámaras para hablar, durante una hora y media, ante miles de latinos que –tal como él lo hizo—llegaron a EE.UU. por el American Dream. 

Y cuando las cámaras se apagan y encuentra un espacio a solas, Jaime Bayly se transforma en ese escritor que ha producido más de una docena de novelas de distinta factura y vendidas en todo el planeta.

Humor, política, amores, desamores, pero principalmente sentimientos. Esos son los temas de un autor que jamás ocultó su predilección por las obras autobiográficas, aquellas que –según sus propias palabras—“quizás no son las mejores, pero sí las más humanas, las más creíbles”.