John Oliver, el conductor de TV que hace reír y pensar a EE.UU
John Oliver, el conductor de TV que hace reír y pensar a EE.UU
Redacción EC

John Oliver, cuya popularidad estalló en el 2013 cuando reemplazó de manera imprevista a Jon Stewart en Comedy Central, se ha convertido de un tiempo a esta parte en el hombre que, desde su tribuna en el programa satírico "Last Week Tonight with John Oliver" de HBO, pone a pensar a los televidentes de Estados Unidos y los invita a reaccionar sobre lo que no va bien.

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Una demostración de ello es lo que lobró en torno al debate por la neutralidad de internet, que se salvó por un pelo en Estados Unidos, al menos por un tiempo, en parte gracias a la campaña del humorista inglés.

En una noche de domingo de junio de 2014,  Oliver se presentó, con el fondo de una música grandilocuente de fondo, y se dirigió de manera solemne a los internautas.

"Por una vez en su vida, canalicen su cólera de manera útil, olvidando los videos de bebés y las celulitis de las actrices", dijo a los cuatro millones de telespectadores de su programa satírico "Last Week Tonight with John Oliver".

El humorista llamó a inundar de correos a la Comisión Federal de Telecomunicaciones (FCC), ente regulador de telecomunicaciones en Estados Unidos, y explicó durante 15 minutos lo importante que es la necesidad de defender la "neutralidad de internet".

Efectivamente la FCC -que recibió miles de correos- adoptó el jueves siguiente una nueva reglamentación para impedir la creación de una internet de dos velocidades, pese a que sus detractores habían amenazado con presentar recursos judiciales en su contra.

"Los millones de comentarios fueron inspirados por Oliver de manera aplastante. Hubiese sido menos probable que la FCC tomara una decisión así sin su intervención", aseguró Aram Sinnreich, profesor de periodismo de la Rutgers University de Nueva Jersey, este de Estados Unidos.

EL ESTILO OLIVER
El humorista se presenta como un típico presentador de noticiero: sentado detrás de un escritorio, vestido de chaqueta, corbata y lentes cuadrados. Con argumentos claros, documentados, y de manera muy graciosa, Oliver ya puso en la picota a las vitaminas, la militarización de la policía estadounidense y la corrupción en el fútbol.

También aborda temas internacionales como la deuda Argentina, la estrategia comunicativa del presidente de Ecuador o las alpacas del Perú, que utilizó para ironizar sobre las intervenciones de los Estados Unidos a Iraq.

"Hay un efecto 'John Oliver' que impacta en la vida real", tituló recientemente la revista Time.  "Jon Stewart había llevado muy lejos la crítica de la información en la televisión y a los hombres políticos", comenta Lance Strate, profesor de comunicación de la Fordham University en Nueva York. "Oliver lo amplificó aún más".

Los dos humoristas "hacen el trabajo que debería hacer la prensa, al denunciar las contradicciones y la hipocresía de los políticos, del mundo de los negocios y de los nuevos medios", agrega.

"Muchos estadounidenses adoran el humor inglés", destaca Paul Booth, que enseña medios y cine en la DePaul University de Chicago.

Desde Chaplin, Stan Laurel (de Laurel y Hardy), después Peter Sellers o los Monty Python, "John Oliver se parece a lo que mejor se hace en el humor inglés. Es astuto, espiritual, encantador, se burla de sí mismo, pero también puede ser muy estadounidense, irónico y parcial", dice el especialista. (AFP/ El Comercio)

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