Hablar de “La usurpadora” es traer a la memoria una de las producciones más importantes de la televisión latinoamericana que, para 1998, llevó a las pantallas de la región una propuesta de ficción novedosa y hasta desconcertante. ¿El resultado? Un megaéxito que potenció la popularidad de Gabriela Spanic en un papel que aún parece insuperable.
Veinte años después, esta premisa fue puesta en duda tras el estreno del remake de la telenovela mexicana que puso la valla muy alta a su nueva protagonista, Sandra Echeverría. La actriz de 34 años interpretó en doble papel a Paola Miranda, quien es la Primera Dama de México en esta nueva versión; y a Paulina Doria, su hermana perdida.
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Sandra Echeverría asumió este proyecto luego de protagonizar el drama de época “La bandida” (2019), en el que interpreta a Graciela Olmos, una traficante y compositora mexicana de la década de 1900. Tanto “La usurpadora” como “La bandida” cierran el año de la actriz entre buenos recibimientos de la crítica y proyecciones de crecimiento internacional. El Comercio conversó con ella vía telefónica.
Una mujer que no se rinde
Es común escuchar sobre la ola de actores de todo el mundo que se mudan a Los Ángeles cada año para buscar oportunidades en alguna producción local. En 2005, Sandra Echeverría hizo lo mismo. Tomando clases de baile, guitarra, canto, improvisación, sitcom y hasta pooldancing; la actriz tocó infinidad de puertas hasta concretar, al día de hoy, cinco producciones en Estados Unidos.
“La competencia aquí es la más dura y eso te obliga a tener un nivel mejor. Los Ángeles es una ciudad que te inspira a estar aprendiendo todo el tiempo y es por eso que siempre estoy metiéndome en cursos nuevos, aprendiendo de cada una de las audiciones que mando y de cada ‘no’ que recibo”, afirma Echeverría.
Aunque se haya desarrollado en el extranjero, Sandra Echeverría reconoce a México como el país donde realmente ha construido su carrera con personajes “mucho más específicos y arriesgados”; aspectos que la actriz toma en cuenta antes de asumir un nuevo proyecto. “No me gusta hacer el estereotipo de mujer latina que le va mal, que es migrante y este tipo de sufrimientos. Es mejor hacer cosas más inspiradores para la gente”, asegura.
Por esta razón, siente especial cercanía con el personaje de Graciela Olmos. “Ella fue una gran protectora de otras mujeres, fue una mujer que se levantó contra los políticos, estuvo haciendo movimientos sociales justamente para defender y para luchar contra la igualdad”, añade.
La maternidad
La importancia de interpretar a mujeres fuertes y revolucionarias no surgió del aire. La reciente maternidad de Sandra Echeverría le hizo afrontar con mayor entereza personajes como el de “La bandida” y “La usurpadora”. A tal punto, que “todo lo demás se volvió secundario en el momento que nació mi hijo y formé mi familia”.
“Cuando eres madre, te ayuda mucho a ‘vulnerabilizarte’. Mi hijo me ha ayudado mucho como actriz, porque todos los sentimientos me llegan mucho más a flor de piel. Soy una mujer mucho más sensible desde que me convertí en madre y eso me ha ayudado mucho”, concluye.
Dato
Sandra Echeverría continúa con sus apuestas actorales. Para el 2020, prepara el estreno de la comedia “Las píldoras de mi novio”, al mismo tiempo que desarrolla su carrera como cantante.