Ellos son los rostros de la marcha contra la TV basura
Fernando Vivas

La televisión es tan extendida e invasiva que genera sentimientos encontrados, pasión y desconfianza en dosis suficientes como para provocar una protesta. Si tantos marcharon contra una reforma laboral, ¿por qué no se les antojaría hacerlo contra la pantalla de todos los días? Habrá mucho prejuicio, mala onda contra programas y personajes, generalizaciones abusivas, pero también un justificado malestar que los canales deberán analizar como analizan los reportes de ráting. De todo esto hablo con Omar y Ernesto, líderes de la convocatoria. Uno es comunicador, el otro médico nutricionista. No se han especializado en seguir a la tele ni lo harán a partir de ahora. Son activistas virtuales viendo aplicaciones sobre lo que llaman ‘empoderamiento social’. Luego marcharán por otras causas.

¿Por qué tantas semanas de anticipación?
Para que haya más gente, lanzamos una bolita de nieve y ya hay mucha expectativa, justo lo que queríamos. Por ahí han querido bajarnos el evento, reportándolo en Facebook .

¿Una gestión ante el FB para sabotearlos?
Lo que hacemos es empoderar al pueblo, lo llamamos el empoderamiento social 2.0. Y tememos que pase algo con el FB porque estamos levantando masas. Ha pasado en otros países. Pero lo estamos superando.

¿Esta marcha existiría sin las protestas contra la ‘ley pulpín’?
Ahí surgió la idea y en un primer momento pensamos que podía tomarse como una broma, pero tuvo acogida, hasta memes hubo. Nos lanzamos a la piscina sin agua, pero se empezó a llenar. Ahora tenemos el apoyo de varios colectivos.

Una curiosidad: ¿Cómo surgió laidea de las zonas?
En la primera marcha llegamos a la plaza San Martín, no había llegado la gigantografía ‘deróguenla ya’, la imprenta había fallado. La batería del megáfono se había bajado. No se sabía quién organizaba, quién lideraba. Había miles. Marchamos de un lado a otro. Entonces, para la segunda marcha, dijimos, ¿por qué no nos organizamos por zonas? Vamos a tener 14 eventos, al Rímac le ponemos zona 1 y así, el que quiera ponerse como organizador o vocero transitorio de la zona, que venga. 

Lo importante para el 27 es que el evento sea pacífico y tenga consignas claras.
Por eso convocamos a que marchen familias enteras. Personas que se sientan indignadas. Sabemos que van a haber infiltrados que querrán hacerlo violento, pero nosotros queremos que sea una marcha pacífica.

Los reclamos pueden ser infinitos, pero ustedes se concentran en que se cumpla la Ley 28178.
Específicamente, su art. 40, que habla del horario familiar o de protección al menor, de 6 a.m. a 10 p.m. La TV no está aportando nada, ni identidad nacional, ni educación, ni civismo. Es chabacana, inmoral y morbosa. Las banalidades que se ven, el hecho de tener un cuerpo bien formado y quien no lo tenga sea objeto de ‘bullying’, todo eso toca y afecta a los niños.

O sea, “Esto es guerra”, “Combate”.
No queremos hablar de programas específicos. A lo largo del día, uno sintoniza un noticiero y ya consume TV basura. Hace poco, en un noticiero, salía en un cintillo: ¿Qué opina usted sobre el regreso de fulano al ‘reality’? Esa era la pregunta del día a los televidentes.

Ahí hay un punto concreto: un noticiero no debiera mezclar la información con los temas de los ‘realities’.
Que aporten algo relevante a la marcha del país, cómo vamos, que está pasando, formar y no solo informar. El tema de los ‘realities’ tiene a la audiencia aletargada para que no sepa qué pasa en el país.

La TV como opio del pueblo. Eso excede cualquier reclamo.
El art. 40 es una arista en todo este tema de la TV basura. Puede haber mucha audiencia pero no aportan nada. Hay que incentivar la identidad, que un peruano se sienta peruano.

La identidad excede al del horario familiar.
Apuntamos a que se regulen los contenidos para que sean más educativos, que den cabida a los artistas nacionales, a la cultura, que no dañen.

No pueden obligar a emitir programas culturales a canales que viven de la demanda de entretenimiento. En todo caso, planteen incentivos.
Una conductora preguntó al público qué programas querían ver y hubo propuestas como “El narrador de cuentos”. No tenemos una lista de programas para que salgan del aire, aunque si salen, en buena hora. Queremos que se regulen contenidos, que no dañen, como la infidelidad.

Son hechos de la vida que los niños pueden conocer. ¿Son moralistas?
No somos cucufatos. El escándalo, el morbo es el problema. Salvemos la salud mental de los niños.

LEE LA ENTREVISTA COMPLETA EN LA EDICIÓN IMPRESA DE "LUCES" DE HOY.

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