"El dilema de las redes sociales" muestra una visión amplia sobre el por qué algo en apariencia tan inocuo es, en realidad, un regalo envenenado. (Foto: Netflix/ Difusión)
"El dilema de las redes sociales" muestra una visión amplia sobre el por qué algo en apariencia tan inocuo es, en realidad, un regalo envenenado. (Foto: Netflix/ Difusión)
Czar Gutiérrez

Consumir mil millones de horas de YouTube cada día tiene que tener alguna consecuencia. A todo nivel, empezando por la corteza cerebral. Apenas publicas un tuit, un río caudaloso de endorfinas se desplaza por el tallo cerebral hasta que, sin proponértelo, apareces flotando en el centro de un encrespado océano de emociones: competitividad, exitismo, angustia. Al poner un ‘like’ estás compartiendo una sensación. Y si todos estamos pendientes de las notificaciones y padecemos de cierta ansiedad cuando no llegan, ¿podemos imaginar la cantidad de procesos emocionales que sufren esos dos mil millones de usuarios encantados de vivir en los parques recreativos Facebook, TikTok, Instagram, Twitter, Gmail, Tinder, Pinterest, Fotos y Chrome?

ACLARACIONESA casi un mes desde el estreno en Netflix de "The Social Dilemma", Facebook respondió a los creadores del documental, al que acusa de sensacionalismo. "En lugar de ofrecer una mirada matizada a la tecnología, da una visión distorsionada de cómo las redes sociales trabajan para crear un conveniente chivo expiatorio para los que son complejos problemas sociales". Al final de este artículo incluimos la defensa de la red social, así como un enlace a la versión completa. Titular original: Si lees esto en Facebook, ya es muy tarde: sobre “El dilema de las redes sociales”, el nuevo documental de la plataforma.

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