Si aprovechas las vacaciones de verano para ir con tus pequeños a la playa o a la piscina, entonces sigue estos consejos, así estarán bien protegidos.
Bebés, pero no tanto
No se recomienda llevar a la playa a menores de seis meses. Su piel es muy sensible ante los rayos solares y su sistema termorregulador no se ha desarrollado completamente, lo que puede producir insolación.
Infantes seguros
Hasta los tres años no es aconsejable la exposición directa al sol. Es fundamental mantener a los niños en espacios frescos, bajo sombra y con una ropa de baño tipo polo (manga larga) y sombrero.
Ojitos a salvo
Colócales lentes de sol que absorban los rayos y filtren la intensidad luminosa.
¿Qué alisto?
Barras energéticas y frutas como sandía, mandarina, piña o melón porque ayudan a hidratar. Si deseas llevar alimentos preparados en casa, guárdalos en neveras portátiles para impedir su descomposición.
Alerta
No compres alimentos que estén expuestos al sol, ya que las bacterias, virus y toxinas tienden a incrementarse con el calor y ocasionar enfermedades o malestares gastrointestinales, como diarreas, vómitos y náuseas.
Siempre hidratados
Ellos son más propensos a deshidratarse en temporadas de calor. Por eso, dales agua o zumo de frutas en todo momento. Como están entretenidos, no suelen pedir líquidos; sin embargo, debes hacer que los tomen.
Ojo con la hora
Evita que tengan contacto con el sol desde el mediodía hasta las 4 p.m. Resulta que durante este periodo incide en la tierra la mayor cantidad de rayos solares. Tampoco confíes en los días nublados, pues las nubes dejan pasar la radiación UV.
Mi aliado el bloqueador
La FDA (ente regulador de la administración de medicamentos y alimentos de EE.UU.) sugiere aplicarles fotoprotector FPS mayor o igual a 50. Hazlo media hora antes de llegar a la playa o piscina y, luego, cada dos horas o después de secarlos con la toalla.