Pasar largas horas en un avión puede ser un problema para cientos de personas. Los asientos pequeños, el poco espacio para moverse o la limitada cantidad de actividades que pueden realizarse pueden ser algunos de los factores que hacen poco placenteras estas experiencias.
Pensando en la comodidad de sus pasajeros, la aerolínea británica Thomson Airways busca convertir sus vuelos en una oportunidad para disfrutar en familia y socializar con los demás viajeros con un simple cambio: la distribución de los asientos.
Su nueva flota de aviones contará con dos tipos de asientos distintos: uno familiar pensando para que seis personas estén frente a frente posibilitando a los niños relacionarse entre ellos y a los padres tener más control sobre sus hijos. La otra alternativa es un asiento dual para las parejas o amigos con una mesa al centro y una iluminación especial.
Además de la forma como se sentarán los pasajeros, la aerolínea ofrecerá servicios a bordo como un club para niños con personal entrenado para realizar actividades con los más pequeños, un snack bar donde los pasajeros pueden acercarse personalmente a retirar alimentos y un especialista en planificación de vacaciones para aconsejar a los viajeros.