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Belfast, el turismo renace en Irlanda del Norte - 1
Redacción EC

intenta olvidar su pasado de conflictos armados y reinventarse como atracción turística. Un museo dedicado al Titanic, recorridos para entender su historia a través de los murales pintados por paramilitares, o los tradicionales pubs irlandeses, son algunas de las ofertas que ofrece.

"La estabilidad política, la promoción del turismo de ocio, los negocios o la visita de cruceros", son algunas de las claves que empujan a la reconversión de Belfast", dice a Efe la representante de la oficina de turismo "Visit Belfast", Fiona Ure.

Museo del Titanic

Uno de los atractivos que Belfast está promocionando con énfasis es el "Titanic Belfast". Un museo interactivo situado en los astilleros donde fue construido el buque que la noche del 12 de abril de 1912 colisionó contra un gran bloque de hielo y se hundió en las aguas del Atlántico Norte.

El museo se inauguró en el 2012, para conmemorar el centenario de su hundimiento, y puede acoger hasta 3.547 visitantes, justo el mismo número de personas que iban en aquel fatídico viaje. El recorrido lleva a conocer todos los detalles previos y posteriores a la catástrofe de 1912, además de poder “caminar” por los pasillos del buque.

Frente al "Titanic Belfast" está el "SS Nomadic", conocido como "el hermano pequeño del Titanic". Se trata del único barco que queda de la compañía White Star Line, la destacada empresa  de navíos que se ocupó de llevar a cabo la construcción del Titanic.

Las noches de Belfast

La cultura irlandesa tiene una relación muy estrecha con la música y la cerveza, una combinación perfecta para reunirse con los amigos en cualquiera de los cientos de pubs tradicionales que inundan Belfast.

La "cultura de pub" es uno de los elementos mas exóticos. "Son auténticas instituciones. La arquitectura y el cuidado de los detalles hacen de ellos unos espacios realmente entrañables. Los irlandeses siempre tienen una sonrisa o una conversación para ofrecerte. Son extremadamente educados y te ayudan en todo lo que pueden”, afirma Pol D'Olesa.

Murales, las huellas del conflicto

Pero la historia política es uno de los atractivos principales. Los muros de Belfast, conocidos como "muros de la paz", levantados en 1969 para segregar católicos de protestantes, hablan de su pasado más oscuro y permanecen más de una década después del fin conflicto.

Se extienden a lo largo de 20 kilómetros y miden a veces más de siete metros de alto. Están hechos de piedra y metal, con alambres de espinos y cámaras de vigilancia. Actualmente el recorrido turístico por esta zona se cierra diariamente a las 19.30 horas.

En el lado oeste (el católico) persisten las pintadas de las llamadas a las armas, recordando que la paz no será posible mientras persista la ocupación británica. En el este (el protestante) emergen los rostros de los paramilitares en medio de un ondear incesante de "Union Jacks"(bandera nacional del Reino Unido).

Muchas organizaciones preparan rutas por el muro y los barrios segregados con el fin de que los turistas puedan entender el conflicto desde sus adentros. Estos grupos organizan excursiones y emplean exprisioneros con la idea de ayudarles a enfrentarse al pasado y no sentirse culpables ni aislados por lo ocurrido.

"Los tours políticos son una buena herramienta para conocer las razones de la situación que se vive actualmente", remarca el guía Pol D'Olesa, quien comenta que el turismo de este tipo se mantiene todo el año.

EFE

 

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