El país está en plena gozadera. El referente de este evento, el carnaval de Río de Janeiro, se extenderá este año hasta 50 días (el 2019 duró 23). El espectáculo carioca comenzó el pasado 12 de enero con un show musical en la playa de Copacabana y, tras tomar las calles, culminará el 1 de marzo. En el sambódromo Marquês de Sapucaí se lleva a cabo el célebre concurso entre las escuelas de samba. ¿Las más populares? Beija-Flor, Portela y Mangueira. Con el Desfile de Campeones, la competencia cierra con broche de oro el próximo 29 de febrero. El resultado: una explosión de color, bombos, tambores y lentejuelas. En el sambódromo sorprende la armonía entre el canto y la percusión, además de los carros alegóricos y los trajes de los participantes. El que lucen quienes portan la bandera de su escuela puede pesar hasta 40 kg. Aún así, ellos marchan al ritmo de la samba. Si hablamos del jolgorio callejero, más de 500 comparsas y camiones alegóricos con potentes equipos de sonido, y también con percursionistas, alegran los distintos barrios de la ciudad. El efusivo ambiente invita a que la gente común vaya disfrazada, luzca prendas coloridas o ropa de baño. Siempre, lo más ligero. Dato importante: la urbe espera recibir a dos millones de turistas. ¿Y la inversión? Alrededor de US$25.000.000.
El festejo en las otras ciudades
El carnaval mantiene su fecha habitual en el resto de estados: entre el 15 y el 29 de febrero. Así, en Pernambuco, la juerga se vive en Recife, la capital, y en el municipio de Olinda. La primera acoge el desfile urbano más grande del orbe, según el Record Guinnes. Se trata de Galo da Madrugada, llamado así porque una gigantesca escultura de un gallo lo encabeza. La siguen más de dos millones de personas y quienes prefieren quedarse como espectadores aparecen desde las 9 a.m. A diferencia del resto de estados brasileños, en Pernambuco la samba no es la protagonista. Entonces, ¿qué se baila? El frevo, un ritmo enérgico de procedencia africana.
En Olinda, ubicada a menos de 10 km de Recife, la atmósfera es similar. Allí abundan títeres o muñecos de papel de 3 m de alto, que simbolizan a los santos de esta urbe colonial. El más famoso, el Hombre de Medianoche, abre la fiesta.
La algarabía continúa en el norte del país, en la ciudad de Salvador (Bahía). El público puede unirse tanto a la marcha festiva como a los tríos eléctricos (vehículos donde se instalan las bandas) que transitan principalmente por los barrios de Batatinha, Oscar y Dodô. Por otro lado, algunos blocos o comparsas (Asa de Águia, Timbalada y Bloco Salvador) arman jaranas privadas en las calles. La entrada oscila entre US$60 y US$550, pues depende de la popularidad de los artistas invitados.
La samba vuelve a escucharse fuerte en São Paulo. Al igual que en Río de Janeiro, el momento cumbre de la fiesta es la competencia de las escuelas de samba (21 y 22 de febrero). En esta edición, en el sambódromo de Anhembi, se presentarán las 14 agrupaciones más prestigiosas. Entre ellas: Rosas de Ouro, Mocidade Alegre y Vai-Vai. Mientras tanto, las calles serán acaparadas por más de 500 comparsas y ciertos locales privados, como Avenue Club, han organizado shows todos los días del carnaval.
Carnaval Galo Do Perú:
Evento organizado por migrantes brasileños que radican en nuestro país desde hace muchos años y que extrañaban la fiesta de Olinda, en Pernambuco. Este 7 de marzo se realizará la segunda edición en la Peña del Carajo de Barranco. Entradas: S/70 y S/180. Informes al 9328-75261.
Guía del viajero
¿Cómo llegar?
Volar a Río de Janeiro con Latam vale desde US$460. Asimismo, viaja a São Paulo vía Copa Airlines, con escala en Panamá y desde US$458.
¿Dónde alojarte?
En Hotel Vivenzo (tres estrellas), a poco más de 1 km del centro de Belo Horizonte, una habitación doble cuesta desde US$53 la noche. En Salvador, el resort Wish Hotel da Bahia (cinco estrellas) está a US$113. La tarifa es para dos personas e incluye desayuno bufet.