Pasear por algunos países de Europa da la sensación de volver al pasado al estar rodeado de antiguas construcciones con mucha historia que conviven con edificios modernos en medio de la ciudad. Pero muchas veces es a las afueras de las grandes urbes donde se encuentran hermosas joyas arquitectónicas.
El puente de Puente de Mostar es uno de esos tesoros escondidos. Construido en el siglo XVI, está ubicado en Bosnia y es considerado un símbolo de la época otómana además de ser uno de sus monumentos más importantes. Pasa sobre el río Neretva uniendo la ciudad de Mostar, popular por sus tradicionales casas turcas.
En 1993, durante el conflicto armado que vivió el país, el puente fue destruido por completo y se dañaron las dos torres que lo flaqueaban. Con el fin de la guerra, se inició el proceso de reconstrucción del puente intentando imitar su belleza original y se reinauguró exactamente hace 10 años, el 23 de julio del 2004.
Hoy el puente representa la reconciliación nacional en Bosnia además de ser un símbolo de paz. Un año después la Unesco lo nombró Patrimonio de la Humanidad.