A veces los pueblitos más pequeños y alejados de las grandes ciudades son los que esconden los detalles más bellos. Zalipie es una de esas villas acogedoras y lejanas en Polonia, capaz de sorprender a los visitantes con sus lindas casitas pintadas con flores de colores intensos.
Esta tradición inició hace más de 100 años en un afán de las mujeres del pueblo por embellecer sus casas. Hoy, en lugar de desaparecer, los habitantes continúan con esta costumbre que se transmite de generación en generación y representa la esencia de Zalipie.
Pese a su hermoso atractivo, la villa no es un destino turístico muy conocido. Sin embargo, esto permite a los residentes de Zalipie mantener su estilo de vida tranquilo y dedicado a las tareas del campo, tal y como llevan viviendo desde hace más de un siglo.