Así como los conejos y los gatos tienen sus propias islas en Japón, los zorros también tienen una pequeña villa dedicada a ellos cerca de la ciudad de Shiroishi.
Cientos de zorros corren por este lugar como si estuvieran en su hábitat natural. Y es que pese a estar en un área cerrada, ellos mantienen su cualidad de animales salvajes, aunque no tienen temor de acercarse a los turistas que los visitan especialmente si hay comida de por medio.
La villa tiene también un espacio con conejos, cabras y algunos zorros que los visitantes si están permitidos de acariciar.