La competencia puede ser difícil y para diferenciarse a veces hay que hacer uso de la creatividad. Eso es precisamente lo que ocurre en Bangkok, ciudad en la que múltiples restaurantes vienen echando mano de singulares ganchos para los clientes.

Por ejemplo, en el restaurante Ka Tron.https://www.ka-tron.com/, ubicado en los suburbios de la ciudad, se sirven los pollos de una manera poco ortodoxa: haciéndolos volar por los aires. Las aves cocidas son lanzadas desde una catapulta a un escenario, donde un camarero las ensarta diestramente en un pincho para luego llevarlas a la mesa del cliente montado en un monociclo.

Lo venimos haciendo hace 26 años y probablemente hemos lanzado cientos de miles de pollos, pero sólo se nos cayeron unos pocos cientos, explica el dueño del restaurante, Nattaset Rattanapipob, en conversación con la agencia de noticias AFP.

Sin embargo, Ka Tron no es el único lugar de la ciudad en el que las cosas se hacen de una forma poco convencional. En Hajime, un restaurante de comida japonesa, dos grandes robots son los encargados de llevar la comida a la mesa. Y la cosa no termina allí. Si los comensales lo piden, los mozos electrónicos también presentan un divertido numerito de baile.

En Cabagges and Condoms, por su parte, el plato fuerte no son solo los fideos que se sirven, sino también los consejos de salud sexual y el asesoramiento sobre planificación familiar que se brinda durante la visita al lugar. No sorprende que el logo del negocio sea: “comida garantizada para no quedar embarazada”. Por si fuera poco, los clientes reciben un condon de cortesía tras finalizar su cena.

Platillos poderosos y muy condimentados, un entorno exótico y atracciones fuera de lo común hacen de Bangkok un lugar muy especial para ir a comer.