A dos horas y media de Madrid se encuentra Sevilla, la capital de Andalucía que está entre las 25 mejores ciudades del mundo según el ranking elaborado por la revista Travel+Leisure. Si viajas a España, tienes que incluir este destino en tu itinerario. Su buen clima (inclusive en invierno), su arquitectura, sus tapas y el flamenco son algunos de sus imperdibles.
Día uno en Sevilla
Comienza el viaje en la taberna Belmonte, donde sirven el típico desayuno de Sevilla: tostada de jamón ibérico y aceite. Puedes pedirla como media (1,70 euros) o entera (2,10 euros), según el hambre con el que hayas despertado. Acompáñala con un jugo de naranja natural (2,50 euros) o un café (1,50 euros), para desayunar como un verdadero sevillano. Los dulceros, como yo, preferirán unos churros con chocolate. Otro clásico que en esta bodega sale por unos 3 euros.
A 200 metros se encuentra la catedral, uno de los templos más importantes de España, que destaca por poseer 24 campanas y que conserva la tumba de Cristóbal Colón. La torre del campanario, conocida como Giralda, es Patrimonio de la Humanidad y un icono de Sevilla. Para llegar a lo alto de la torre se debe ingresar al templo (11 euros) y subir por 35 rampas. A 98 metros de altura, tendrás excelentes panorámicas de la ciudad. Compra tus entradas en línea aquí.
El siguiente punto es el Real Alcázar, otro monumento declarado Patrimonio de la Humanidad que ha sido escenario de Juego de Tronos. La visita por este conjunto palaciego dura unas tres horas. Son representativos la portada y los patios de la Montería, de las Muñecas y de las Doncellas. También puedes conocer la habitación real, el cuarto del príncipe y el salón de embajadores, con una cúpula digna de fotografía. Andar por sus jardines es un lujo, son los más antiguos de la ciudad. No te pierdas los jardines de las Damas, Inglés y de Los Poetas.
A la hora del almuerzo puedes ir a la bodega Morales, un clásico que atiende desde 1850 en una barra de madera sobre la que cuelgan piernas de jamón ibérico. Con mesas rodeadas por tinajas de vino, el lugar mantiene el encanto y sabor de antaño. Para bajar la comida no hay nada mejor que perderse en los callejones del barrio de Santa Cruz, repleto de casitas coloridas, plazas con naranjos y mucho ambiente.
Llegada la noche, no dejes de asistir a un espectáculo de flamenco, baile declarado Patrimonio por la UNESCO y que se presenta en los famosos tablaos. La Casa del Flamenco ofrece presentaciones diarias en el patio de un antiguo palacio del siglo XV (22 euros).
Termina el recorrido en las Setas de Sevilla, un monumento moderno hecho de madera y hormigón, que es uno de los lugares más visitados de este destino. Fue diseñado por el arquitecto alemán Jürgen Mayer y se inauguró el 2011 en la Plaza de la Encarnación. Junto a sus formas sinuosas, cuenta con un mirador con vista de 360 grados. Para subir se pagan 15 euros.
No te vayas a dormir sin antes tapear. Nao Tapas y Cócteles es un rooftop ubicado detrás de las setas que, junto con una buena vista, ofrece tapas y platos típicos. Te sugiero probar el jamón bellota (9 euros), el pollo al carbón (3 euros), las patatas bravas (3,50 euros) y el solomillo ibérico al whisky con algún cóctel de autor.
Día 2 en Sevilla
Sal de tu hospedaje rumbo al barrio de Triana, uno de los más tradicionales de Sevilla. Situado del otro lado de la orilla del río Guadalquivir, este lugar es perfecto para conocer el espíritu de la capital andaluza. Repleto de iglesias, plazoletas y un puente homónimo. Son imperdibles la calle Betis, el puente de Isabel II (conocido como puente de Triana), el callejón de la Inquisición, la iglesia de Santa Ana y su plazoleta, así como el mercado de abastos.
Este barrio tiene buenas propuestas gastronómicas. Puedes quedarte hasta el almuerzo y probar alguna de las recomendaciones de Chencho Cubiles, un foodie miembro de la Academia Sevillana de Gastronomía y Turismo que propone la Arrocería Criaito en los puestos 26, 27 y 28 del Mercado de Triana. En este lugar sirven 30 tipos de arroces, así como mariscos y pescados. Otra opción es el bar Salomón, famoso por sus pinchos (brochetas), sus papas bravas picantes, el bacalao y la tortilla.
Si se te antoja un dulce ve a Manu Jara, una pastelería considerada entre los 100 Mejores de la Gastronomía Española, elegidos por el jurado de Madrid Fusión. Tiene un local en Triana, donde he probado unos deliciosos croissant rellenos de chocolate y una palmera (oreja) bañada en chocolate negro.
¿Siguiente parada? El parque de María Luisa, uno de los pulmones de Sevilla. Desde el barrio de Triana son 30 minutos de caminata y puedes hacer una parada en la Torre del Oro, que era parte de la muralla que defendía a la ciudad de las invasiones. En taxi tardas 10 minutos.
Alista tu cámara porque el parque cuenta con buenos spots como el estanque de los Lotos, la isleta de los Pájaros, la fuente de las Ranas y la glorieta de Bécquer, una escultura dedicada al poeta del Romanticismo que está bajo un enorme ciprés que le da sombra. Puedes pasar todo el día en este sitio. Al interior está el Museo de Artes y Costumbres y la plaza de América. Además, es perfecto para hacer picnics y pasear en bicicleta.
En ese mismo lugar se ubica la Plaza España, uno de los lugares más icónicos y hermosos de Sevilla. Ocupa 50.000 metros cuadrados y representa el abrazo de España a América. Además de sus torres y sus 4 puentes, llaman la atención los murales de las provincias españolas que están hechos con azulejos.
¿Cómo llegar?
Desde Madrid, el viaje en tren de alta velocidad tarda 2 horas y media. En junio, Renfe operará esta ruta en su alternativa de bajo costo, AVLO. Los pasajes costarán desde 7 euros.
¿Dónde comer?
- Taberna Belmonte: calle Mateos Gago, 24
- Bodega Morales: calle García de Vinuesa
- Nao Tapas y Cócteles: plaza de la Encarnación, 5
- Arrocería Criaito: puestos 26, 27 y 28 del Mercado de Triana
- Bar Salomón: López de Gómara 11, Triana
- Manu Jara: Calle Pureza, 5, Triana