Tigre, el destino para conectar con la naturaleza en Buenos Aires: qué hacer en tu viaje a esta localidad argentina

El Delta de Tigre es el quinto más grande del mundo y el tercero más importante de Sudamérica. Nace del río Paraná, uno de los más caudalosos del planeta y se ha convertido en el más poblado de la región. La naturaleza es su principal atractivo, pero son las múltiples opciones de entretenimiento, en las islas y la ciudad de Tigre, las que terminan por convencer al viajero de ir a descubrirlo. ¡Allá vamos!

La mejor forma de llegar

Se puede ir de la ciudad de Buenos Aires a Tigre en tren, auto o en una embarcación. Nosotros optamos por navegar desde Puerto Madero, en una excursión que en un par de horas ofrece otra perspectiva de la capital argentina y brinda la oportunidad de viajar por el Río de la Plata y el Delta del Paraná.

Son las diez de la mañana cuando nos invitan a abordar. La embarcación de Sturla Viajes que nos llevará a Tigre cuenta con dos cubiertas, asientos reclinables, baño, cafetería, así como calefacción y aire acondicionado en la cubierta interior. Si te toca un día frío o lluvioso, ese es el lugar ideal para ubicarse.

El viaje dura un par de horas. Después de ver el centro porteño, el Aeroparque (de donde salen los vuelos nacionales), la ciudad universitaria, la zona norte y San Isidro, ingresamos al Río de la Plata. En ese punto se forman olas y el viento golpea fuerte el rostro. Si viajas en la cubierta exterior, te sugiero abrigarte con una casaca impermeable.

Una hora más tarde entramos al Delta del Paraná. Mientras navegamos el río Sarmiento, la voz del audioguía nos invita a ver una casa de madera, protegida con una cubierta de vidrio. Se trata de una réplica de la casa de descanso de Domingo Faustino Sarmiento, periodista, educador y expresidente argentino. El lugar funciona como museo desde hace 95 años y exhibe parte de su mobiliario además de una colección de fotografías.

A lo largo del recorrido divisamos las islas, con casas hechas de madera, cemento o piedra y sostenidas por pilotes que evitan los daños que puede ocasionar la crecida de las aguas. Sobre los ríos y arroyos de color café destacan muelles tradicionales, restaurantes y hasta una escuela en plena selva. Luego de múltiples vistas de fotografía, llegamos a nuestro destino. Desembarcamos y a unos pasos encontramos unas enormes letras blancas con el nombre de la ciudad, el punto de partida de nuestro día en Tigre.

Puerto de Frutos

“Los tigrenses somos gente más tranquila y más conectada a la naturaleza que los porteños”, me dice Libertad Noce, una ceramista de Tigre que hace piezas utilitarias y las vende en una de las tiendas del Mercado de Frutos del Puerto de Tigre, una zona comercial a cielo abierto que es otro de los principales atractivos de este municipio.

“Se llama Puerto de Frutos porque antiguamente recibía los frutos que producían las islas del Delta del Paraná para comercializarlos en Buenos Aires”, explica la guía Mariel Sánchez. Este mercado funciona en la ubicación actual desde 1938, pero fue recién en 1983 cuando se inauguran los primeros locales artesanales. Actualmente, se venden artículos decorativos y utilitarios hechos en mimbre, madera y caña.

Piezas únicas que se pueden llevar de recuerdo. Como el mate cerámico elaborado por Noce, que retomó su afición al arte durante la pandemia: “Lo hacía por hobby, pero terminé formando mi taller”, revela. Sus mates tienen un precio de 1.500 pesos argentinos, que al cambio del dólar Blue son unos US$3. Este mercado, a orillas del río, opera de lunes a viernes de diez de la mañana a seis de la tarde y los fines de semana hasta las ocho de la noche. Considéralo en tu itinerario.

Parque de la Costa

En Tigre está el parque de diversiones más grande de Argentina, que ocupa 15 hectáreas. Además de juegos mecánicos para todas las edades, el Parque de la Costa cuenta con un circuito de aventura para los más intrépidos. No dejes de subir a la Vuelta al Mundo, una rueda que gira lento y te permite ver la ciudad desde lo alto; el Circuito Aéreo, con recorridos desafiantes a 4 metros de altura; y la tirolesa. Para los más pequeños hay carrusel, un tren, elefantes voladores y más.

Cada tarde, en el escenario principal del Parque de la Costa, hay presentaciones como el Show de las princesas o el musical de películas. Abre sábados, domingos y feriados de once de la mañana a siete y media de la noche. Las entradas incluyen la mayoría de juegos, pero no todos. Revisa con detenimiento el tipo de pase que te conviene en su web.

Antes de volver de Tigre, prueba su oferta gastronómica. María Luján es un restaurante ubicado en el Paseo Victorica, con una carta variada que incluye cocina mediterránea, así como pastas de elaboración propia, que se pueden disfrutar en la terraza con vistas al río Luján. A Gato Blanco se llega en lancha. Este restaurante queda a orillas del río Capitán y cuenta con juegos para niños. Además de pastas, sirve pescados, mariscos y carnes.

A las cuatro de la tarde, desde el muelle cuatro, parte la lancha de Sturla Viajes que nos regresará a Puerto Madero. Aún no lo sabemos, pero una hora después estaremos frente a un atardecer de película. Otro motivo para recomendarte esta visita a la ciudad y el Delta de Tigre, una escapada para conectar con la naturaleza en tu próximo viaje a Buenos Aires.