Tokio es una ciudad que asombra y enamora a viajeros de todas partes del mundo. La capital de Japón se mueve a su propio ritmo futurista relacionado con la alta tecnología. En este lugar descubrirás los contrastes eclécticos que combina lo nuevo y lo antiguo, lo exótico y lo conocido, como ningún otro lugar del mundo. Pero ¿cómo armar un plan de visita a Tokio si solo tienes 48 horas para pasar en esta increíble ciudad? Aquí te damos una mano.
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Día 1: descubre la ciudad a pie
En el día 1, puedes descubrir la ciudad en un tour a pie. Por la mañana, realiza un recorrido con un guía local. La experiencia es completamente personalizable, simplemente dile al guía qué zona de Tokio te gustaría conocer y te diseñará la mejor ruta. Se recomienda conocer los famosos barrios de Tokio como Harajuku, Ginza o Akihabara. También, explora tiendas escondidas, prueba aperitivos clásicos dulces y salados y aprende más acerca de la ciudad.
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Por la tarde, te espera un mundo antiguo de lucha de sumo y curiosidades culturales. En Ryogoku puedes ver a luchadores de sumo profesionales demostrando sus habilidades. Incluso puedes unirte al cuadrilátero y probar suerte con el deporte nacional de Japón. Además, puedes visitar tiendas antiguas y puestos de comida tradicional que parecen no tener nada que ver con la Tokio actual.
Por la noche, se puede disfrutar de una de las gastronomías más deliciosas a nivel mundial. Podrás aprovechar el arte del sushi y maravillosos platos de ramen. También podrán degustar yakitori (brochetas de pollo), monjayaki (revuelto frito) y taiyaki (pasteles con forma de pez) en auténticas cafeterías y puestos callejeros.
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Día 2: vive una experiencia samurái
El día 2, por la mañana puedes dirigirte a Shinjuku para vivir una experiencia samurái única. Los famosos guerreros han sido una parte esencial de la cultura japonesa durante más de 800 años y el Museo Samurái es el lugar ideal para aprenderlo todo sobre ellos. Pero este no es un museo normal: allí podrás vestirte con una armadura, sujetar una katana e incluso ver una batalla de espadas.
Por la tarde, pueden dar un salto gigante hacia el futuro con el primer museo íntegramente digital del mundo: el Mori Building Digital Art Museum. Las exposiciones son una combinación increíble de diseño, ingeniería y arte. Salas como Crystal World (mundo de cristal), Forest of Resonating Lamps (bosque de farolillos) y Memory of Topography (memoria de la topografía) producen momentos que verdaderamente desafían la realidad. El museo no tiene ningún mapa y las entradas suelen estar escondidas, así que simplemente camina hasta que llenes tu cámara de fotos y te duelan los pies. Suele ser muy visitado, así que asegúrate de reservar esta experiencia con bastante anticipación.
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Por la noche, encontrarás al menos 13 fuentes termales naturales donde aliviar todos tus dolores. Situado a pocos metros del museo, el Oedo-Onsen-Monogatari es el tónico perfecto después de 48 horas explorando sin parar. Además, cuenta con piscinas interiores y exteriores, instalaciones de balneario y opciones de restauración para que, con todo esto, puedas alcanzar una profunda relajación después de recorrer Tokio.