Cada 13 de mayo se conmemora el Día de la Virgen de Fátima, debido a que en esta fecha en 1917 la Virgen se le apareció por primera vez a los tres pastorcitos en Cova da Iria, Portugal.
En total fueron 6 apariciones en las que la Virgen de Fátima visitó a los pastorcitos: Lucía, Francisco y Jacinta. Ellos eran primos y se encontraban con el ganado cuando los sorprendió una tormenta. Los tres niños corrieron a resguardarse de la lluvia y, de pronto, comenzaron a ver una luz blanca entre los árboles.
Cuando se acercaron, descubrieron que la mujer vestida de blanco con un rosario en la mano era la Virgen María. Los pastorcitos asombrados, volvieron al pueblo donde contaron lo sucedido y anunciaron futuras apariciones a los vecinos.
Cova da Iria o pozo de voluntad
Ubicado en Portugal, Cova da Iria significa ‘pozo de voluntad’ y es un paraje despoblado que se sitúa a unos tres kilómetros de Fátima y de Aljustrel. Este lugar se ha convertido en la meta de muchas peregrinaciones. Aquí se levantó una capilla que es la capilla de las apariciones, la capelinha, a la que se dirigen las miradas de los fieles. La capelinha y el espacio circundante están protegidos por una estructura cuadrada que la cubre del agua, abierta por el frente y resguardada por sus dos costados mediante enormes paneles acristalados que se corren y descorren según lo exijan la afluencia de peregrinos y las inclemencias del tiempo. Bajo esta estructura se han dispuesto bancos para los fieles y un espacio con un altar y sedes para los sacerdotes.
En el lugar más destacado se encuentra la imagen de Nuestra Señora de Fátima, tallada siguiendo las indicaciones de sor Lucia, la vidente. El pedestal es de piedra y está hueco: dentro se conserva el tronco de la encina en que apareció la Virgen. El pedestal tiene unas ranuras: el personal del santuario introduce por ellas las peticiones escritas que les pasan los fieles. También se pueden dejar flores y encender velas en los lugares preparados para ello.
El ambiente de la capilla es de oración y recogimiento. Los peregrinos rezan el Rosario en silencio o en un susurro, a solas o con la familia o en pequeños grupos. Siempre hay muchos fieles, venidos de todo el mundo, que vienen atraídos por la Virgen que pidió que se rezara ahí el Rosario.
Alrededor de estas edificaciones ha surgido una población amplia, se han instalado varias comunidades de religiosos y se han levantado hoteles y tiendas. Actualmente es una ciudad cosmopolita y se escuchan todos los idiomas por sus calles; el visitante puede encontrar todos los servicios que pueda necesitar en Cova da Iria.
Contenido Sugerido
Contenido GEC