Tratar de tocar una torre de alta tensión a los 17 años cambiaría radicalmente la vida de Efraín Sotacuro. Lo que debía ser un viaje sorpresa para poder estar cerca de su papá que trabajaba en una mina en Huancavelica, terminó convirtiéndose en la peor pesadilla para él y su familia. La descarga eléctrica lo llevó a perder sus dos brazos. Efraín era solo un adolescente, pero empezaba su prueba más difícil. Su fe en Dios y el apoyo de sus padres y 10 hermanos lo impulsarían a no darse por vencido.
El paraatleta peruano recuerda que los primeros meses que pasó en la Unidad de Quemados del Hospital del Niño fueron muy difíciles. Estaba en shock. Tenía miedo de cómo lo tratarían sus familiares y amigos. Era su último año en el colegio y su sueño de ser un futbolista profesional parecían lejanos. Le costaba creer que nunca más volvería a ser el mismo de antes.
“Aceptar la discapacidad no era fácil. Perder los dos brazos y comenzar de cero me parecía difícil. Me chocó porque no podía hacer nada”, detalla. Pero se pudo levantar. Hizo rehabilitación. Así aprendió a ser autosuficiente. Hacía cosas que no imaginaba podía lograr como cambiarse la ropa o cepillarse los dientes con los pies, pintar con la boca o hasta enviar correos por la computadora con los dedos del pie.
No le gustaba el atletismo
Quería ser futbolista. Efraín asegura que llegó al atletismo de pura casualidad. No tenía experiencia, pero con 22 años, fue invitado a una competencia y no lo hizo mal. Terminó en el puesto 12 de casi ocho mil participantes. Era noviembre del 2012, y ya empezaba a gustarle la idea de convertirse en un profesional en este deporte. Así nació su relación con las maratones. Nunca se separaron. Siguió compitiendo y su rendimiento iba creciendo. “Doy el 100%. Todo sacrificio tiene una recompensa grande”, explica.
Hoy es uno de los atletas peruanos clasificados a los Juegos Olímpicos de Tokio.
Lima 2019 y una medalla que no olvidará
Sus años de esfuerzo verían sus frutos en sus primeros Juegos Parapanamericanos. El joven nacido en Huancavelica debía adaptarse a competir de Maratón a 1500 metros, en la categoría T46 (Para deportistas con discapacidad física en los miembros superiores) en Lima 2019. Y no desentonó.
Sotacuro luchó como un gigante en la pista del Estadio Atlético. Lideró gran parte de la competencia, pero al no ser su especialidad, fue perdiendo el paso. Pocos metros lo separaban de una histórica presea, por lo que se convirtió en un verdadero duelo con el competidor chileno en busca del tercer puesto. En el último tramo, Efraín sentía el apoyo de todos los peruanos. Lo querían ver ganador. Con la mirada fija en la meta, nada lo podía vencer, y siguió corriendo por sus sueños. El final fue de película y Efraín pudo quedar entre los tres mejores del mundo. Fue medalla de bronce, pero para todos los cientos de asistentes su esfuerzo merecía el oro.
“Me gusta representar al Perú. El 2019 fue un año maravilloso porque pude regalarle una medalla a mi país”, recuerda.
Meses después de Lima 2019, el paraatleta competiría en la Maratón Málaga, en España. Su gran performance le permitió clasificar a Tokio 2020. Logró un tiempo de 2:29:35, asegurando el cupo para los Juegos Paralímpicos y dándose el gusto de romper su marca personal. Sin duda, el cierre perfecto para un año que lo ilusiona como deportista.
Así entrena un paraatleta durante la cuarentena
Efraín iniciaba el 2020 con un nuevo objetivo: el Campeonato Mundial de Maratón Paralímpica en Londres. Se estaba preparando físicamente para llegar a punto a la competencia. Pero la pandemia del coronavirus cambió sus planes. El 26 de abril debería haber estado corriendo en el Viejo Continente. Pero en lugar de deprimirse, repite una frase que lo ha acompañado en varios pasajes de vida: “Todo pasa por algo bueno”.
Sin perder la sonrisa, Efraín ahora debe ejercitarse en el huerto de la casa de sus padres en el centro poblado Paltamachay, distrito de Yauli, en Huancavelica. A casi 3.400 metros sobre el nivel del mar. Viajó desde Huancayo –su hogar desde hace muchos años- solo estar para cerca de su familia.
En cuanto a su alimentación, el paraatleta no puede estar más contento. Su familia se dedica a la agricultura, así que nunca faltan papas en su mesa. Incluso se ha dado el gusto de prepararse platillos a base de gallina o cuy. Trata de permanecer en casa, y es su padre quien hace las compras cuando necesitan frutas o verduras.
Como todo paradeportista de alto rendimiento él debe cumplir ciertos kilometrajes. Trota por la mañana de 30 o 60 minutos, salta en las gradas de las escaleras, hace abdominales y aprovecha cada rincón de la casa para despejar la mente y no descuidar la fuerza en sus piernas durante estos días de aislamiento. En las rutinas lo acompaña su hermano Jhon, de 16 años, que también quiere ser un reconocido atleta.
“Entrenar para una competencia es duro pero mi motivación es mi familia. Dios me dio otra oportunidad en mis piernas para ser un deportista destacado y no lo voy a desaprovechar", remarca el paraatleta.
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Efraín Sotacuro: la historia del paraatleta que obtuvo la medalla de bronce
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¿Cómo se contagia el coronavirus?
La covid-19 se contagia por el contacto de una persona sana con otra que esté infectada. Esta enfermedad se propaga de persona a persona mediante las gotículas procedentes de la nariz o boca cuando el que se encuentra enfermo tose o exhala.
En muchos casos, estas gotículas caen sobre objetos o superficies, que después tocan otros individuos y se llevan a la nariz, ojos o boca cuando pasan sus manos por la cara.
¿Cómo prevenir la propagación del coronavirus?
Para reducir la probabilidad de contagio existen varias maneras. Las principales son:
· Lavarse las manos con agua y jabón por 20 segundos y usar alcohol o gel desinfectante.
· Mantenerse a una distancia mínima de 1 metro de cualquier persona.
· Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca, debido a que las manos al palpar muchos objetos y superficies pueden recoger el virus.
· Mantener una buena higiene respiratoria: si tose o estornuda deberá cubrirse la boca y la nariz con el codo doblado o con un pañuelo de papel, que deberá desecharse de inmediato.
· Permanecer en casa si no se encuentra bien. En caso tenga fiebre, tos y dificultad para respirar, busque atención médica y siga las instrucciones que le de personal de salud.