El Gobierno chino ha ordenado a los funcionarios públicos que reduzcan los gastos de entretenimiento en la administracción pública, lo que ha conducido a una caída en las reservaciones de hoteles de cinco estrellas.
La medida del gobierno chino es parte de una campaña en contra de la corrupción, pero ha provocado una crisis en el sector hotelero de cinco estrellas.
Muchos hoteles han frenado las inversiones para modernizar sus instalaciones, mientras que otros han decidido no solicitar que se les otorgue la máxima calificación hotelera.
Los analistas señalan que esto se debe a que los hoteles de cuatro estrellas muestran mayor espíritu austero y por tanto pueden ser más atractivos para el sector estatal chino.