En un remoto país de África Oriental ubicado a miles de kilómetros de la región norteña que la vio nacer, crecer e irse; una peruana bate su propio récord personal: más de 10 años viajando sola por más de 50 países. Un título que solo ella, Mayra Lazaro, puede ostentar y que ahora la llevó a fundar su propia mentoría de viajes para inspirar y aconsejar a mujeres que también sueñan con abrir las alas y conquistar el mundo solas. Esta es su historia.
Ni la mala conexión de internet, la diferencia horaria y los turistas que caminan a su alrededor durante la videollamada son impedimento para que Mayra nos cuente cómo fue que la curiosidad por viajar sola la llevó a convertirse en la viajera experta que hoy es.
“Viajar sola, realmente, es viajar a tu interior” fue lo primero que dijo. Una sencilla pero potente frase que resume su forma de vivir, pues para ella viajar se ha convertido en un estilo de vida desde que en el 2010, siendo apenas una joven veinteañera recién graduada en Comunicaciones, hizo su primer viaje al extranjero completamente sola.
El plan de conquista: Latinoamérica, el Perú y el resto del mundo
¿El primer destino que marcó un punto decisivo? Argentina. Mayra llegó al país gaucho para disfrutar de un par de semanas de vacaciones y se terminó quedando cinco años. Un inesperado giro que hizo que su especial conexión con los viajes que empezó cuando trabajaba en la oficina turística de Promperú en Piura escalara hasta crear su primera meta viajera: descubrir Latinoamérica. Luego de esta experiencia, su espíritu viajero la llevó a recorrer varios países de Europa, el Medio Oriente, África y parte de Asia. En este último, India se coronó como su destino su favorito por la transformadora experiencia que la llevó a explorar significativamente su espiritualidad.
Justo en medio de este transformador viaje de autodescubrimiento llegó la pandemia. Las restricciones la llevaron por unos meses a Turquía pero al final terminó volviendo al Perú. Pero como bien dice el dicho: cuando se cierra una puerta, se abre otra. Al no poder salir al extranjero, Mayra decidió emprender una nueva meta: conocer el Perú a profundidad. Hoy ostenta su propio récord de haber visitado 21 departamentos, incluida su natal Piura.
La experiencia hace al maestro: las claves para un viaje exitoso
Con más de 50 países recorridos a lo largo de la última década, Mayra pudo descubrir cómo hacer que cada viaje sola sea un éxito. ¿La clave? Desarrollar mentalidad viajera basada en la intuición, personalidad y experiencia propia. De gustos y colores no han escrito los autores: un plan de viaje perfecto para alguien puede ser la peor experiencia para otro. En el caso de Mayra, el estilo de vida y el tipo de turismo que hace salen del molde del tradicional paquete turístico vacacional. No le gustan los tours, planea sus propias rutas, prefiere la comida local y evita los restaurantes turísticos, se hospeda en alojamientos compartidos, entre otras particularidades que le permiten conectar mejor con el destino. “Mi concepto de viajar es descubrir la realidad. No tanto de conocer lugares bonitos. Además, mis intereses van evolucionando a medida que voy teniendo más experiencia en los viajes”, afirma.
En línea con esta honesta visión, Mayra destaca que lo mejor de un viaje no está en los lugares que visita, sino en cómo la hacen sentir. “Lo más importante de viajar es todo lo que no se muestra en las fotos ni en las redes sociales. Es todo lo que sucede en tu interior”, cuenta. Palabras que vienen de una viajera que a través de la experiencia descubrió que el viaje más exitoso es el que te enriquece por dentro. Ni las espectaculares fotografías y souvenirs de los lugares turísticos se equiparan a las emociones que le genera un lugar.
Para tener una buena experiencia de viaje en cualquier destino, Mayra fusiona la planeación con la espontaneidad. Esto es, hace un plan general o itinerario que va desde la elección del próximo destino (basada en una visión regional al formar un bloque de países) hasta los lugares que desea visitar y las experiencias que desea vivir durante su estadía; pero también deja abierta la puerta a algunos ajustes que se deban hacer en el camino. “Tener un plan de viaje es bueno como una guía, pero no debe ser el mandato. Viajar se trata de fluir con el día a día”. Un consejo que, como buena nómada digital, sigue con libertad al mantener su trabajo y los viajes separados. Ella va a donde su intuición y deseos la lleven, su trabajo no la ata a ningún lugar.
Derribando mitos y superando retos: qué tan difícil es viajar por el mundo sola
A base de dedicación y pasión, Mayra ha logrado visitar decenas de países en los últimos años. Un logro para el que no se necesita ser millonario ni tener harto tiempo libre para viajar, pues según cuenta, una de las creencias que limita a muchos es el costo, lo que hay que invertir: tiempo y dinero. Para Mayra, la solución al problema monetario es tener un “colchón de ahorros” al iniciar un viaje y economizar en el estilo de vida. Y por el tiempo, elegir destinos que no suponga una diferencia horaria significativa que pueda chocar con sus horas laborales y que le permitan tener tiempo suficiente para explorar. De ahí que aún tenga pendiente la meta de viajar a países de Asia del Este como China, Japón, Corea del Sur, entre otros cuya diferencia supera las 10 horas.
En temas de alimentación, ella apuesta por comer en pequeños negocios locales y ocasionalmente prepararse las comidas (como los desayunos y cenas). En alojamiento, elige quedarse en hostels con habitaciones compartidas o sumarse a tendencias como el couchsurfing (alojarse gratuitamente en casas de anfitriones, ya sea durmiendo en sillones o habitaciones propias) o apoyarse en comunidades de viajeros (como Host a Sister, comunidad de mujeres para viajar de forma segura). Así, Mayra derriba la creencia de que viajar es caro, sin importar a dónde vayas. La experiencia le permitió descubrir que es posible economizar sin tener que sacrificar los destinos que se desee visitar.
Para Mayra, viajar también es estar en constante aprendizaje. Sobre todo si recorres decenas de países con culturas y costumbres diferentes. Sus mayores retos como viajera han sido el choque cultural, la diferencia horaria y ocasionalmente la gastronomía local. Por ejemplo, cuando estuvo por países del Medio Oriente, conocidos por sus fuertes creencias tradicionales, le resultó un poco difícil asimilar las restricciones a las mujeres. Fiel a su espíritu aventurero, decidió experimentar en carne propia un poco de la realidad. “Yo veía a las mujeres con la vestimenta tradicional que les cubre todo y solo deja los ojos, y sentía incomodidad y pena porque andaban así en medio del calor. La curiosidad me hizo cometer la locura de comprarme una y salí a andar así, de incógnito. Para mi sorpresa, era mucho más fresco y liberador de lo que pensé”, revela.
Así mismo, la gastronomía se convirtió en un reto para ella cuando visitó países con platos típicos fuertes. Por ejemplo, India fue uno de los más retadores. Sus comidas a base de picante le dificultó comer en los pequeños negocios locales que le gustan y tuvo que optar por ir a restaurantes turísticos con menús internacionales o de plano preparar algunas comidas en su alojamiento.
¿El destino más retador para Mayra? La región en la que actualmente se encuentra, África. Allí dos factores convergen de alguna manera, por lo que le costó adaptarse. El choque cultural y la diferencia horaria se fusionaron en la percepción del tiempo y el lento ritmo de vida que los locales llevan. No hay mucho transporte público. Esperar un bus puede tomar hasta 10 horas y nadie lo ve como un problema. Es difícil movilizarse si no se tiene auto propio (como en el caso de Estados Unidos, el destino más caro para Mayra). Y por si fuera poco, los problemas de conectividad. La señal no es tan eficiente en algunos lugares, lo que supuso un reto al trabajar en el mundo digital e incluso al conectarse a esta entrevista.
Aún así, todas estas dificultades no se comparan al mayor reto: viajar sola sin sentirse sola. El no poder mantener el contacto y lazos fuertes con las personas que conoce en sus viajes es lo más difícil para Mayra. Una situación que aprendió a sobrellevar gracias a la red de apoyo de sus amigas en Perú, con quienes mantiene contacto seguido de forma virtual. Así mismo, también tuvo que enfrentar algunas cuestiones relacionadas a la identidad. “A veces cuando llegas a un lugar puedes identificarte tanto con su cultura y su gente que en algunos casos puede superar a tu propio país”, revela.
Aún así, los impases y dificultades que puedan surgir en cualquier destino son vistos como retos u oportunidades para Mayra. Ella ve la copa medio llena e incluso busca posibles formas de completarla. Viajar por el mundo como un estilo de vida la convirtió en una persona resiliente y con capacidad para adaptarse a los cambios e imprevistos. Incluso si estos pueden llegar a ser algo abrumadores al no tener un lugar donde echar raíces.
De viajera a mentora de viajes: El proyecto de Mayra
La experiencia de viajar por más de 10 años por el Perú y alrededor del mundo generó en Mayra la necesidad de retribuir a su comunidad. “A inicios del 2023 me sentí capaz de empezar a compartir mis experiencias con otras mujeres que también desean viajar solas”, cuenta quien a la fecha ya asesoró a más de 500 mujeres a través de webinars gratuitos, talleres y charlas presenciales. Con este proyecto, Mayra busca inspirar y ayudar a aquellas mujeres que necesitan ese impulso para ir detrás de su sueño de conocer el mundo por cuenta propia.
A través de consejos, asesorías y herramientas para desmitificar creencias limitantes sobre mujeres viajando solas; Mayra Lázaro empezó a crear su propia comunidad. Una comunidad de mujeres empoderadas y dispuestas a tomar las riendas de su vida a través del viaje. Lejos pero no desconectada, Mayra ya lleva medio año en África descubriendo destinos y realidades, sorteando todo tipo de retos y de paso brindando ayuda a mujeres viajeras. Así, la viajera nómada empezó a dejar huellas en otras mujeres que aspiran a lograr lo que pudo ella: vivir a plenitud consigo misma en cualquier lugar del mundo.
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