La escultura en el Cusco que busca devolverles la fe a los artesanos del hermoso barrio San Blas

El Comercio fue uno de los primeros medios en volver a Cusco, la Ciudad Imperial, apenas se abrieron los vuelos tras la primera cuarentena. De la capital bulliciosa, apenas el silencio de la puna. De las calles llenas de turistas, a plazas vacías donde caminaban uno o dos policías con mascarilla. Cusco necesitaba volver a latir.

Con esta idea, y como parte de una estrategia de ayuda social a los artesanos de la entrañable calle San Blas, tan golpeados por la pandemia, Cusqueña develó la campaña El Abrazo Imposible, una escultura de casi dos metros ubicado en la ciudad de Cusco.

El Abrazo Imposible es el resultado del trabajo de Rafael Lanfranco y Edi Mérida, dos talentosos artistas peruanos con estilos distintos que se unieron para darle vida a este gesto que resume amor, cariño, que traspasa fronteras y que tanto extrañamos. Como nos sobraban, no le dábamos importancia. Hoy, por los protocolos sanitarios, nos urgen.

Cusqueña encontró en el lanzamiento de su nueva variedad Doble Malta, una posibilidad de ayudar. Esta es la primera cerveza premium del mercado peruano que ha logrado combinar dos maltas de gran calidad: la Pilsner y la Munich.

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“Decimos que es una “unión imposible” porque ha sido resultado de un arduo proceso de innovación y exploración para lograr el balance perfecto en una cerveza lager: un cuerpo elegante, gran sabor y unas finas notas dulces, ideal para disfrutar en cualquier momento. Cusqueña Doble Malta busca elevar la experiencia de consumo de la cerveza, fomentando siempre la moderación. Esta escultura es una representación simbólica de la unión de las dos maltas, así como la unión de los peruanos para lograr cosas imposibles”, comenta Diego Devoto, Director de Marcas Premium en Backus.

EL GRAN OBJETIVO, AYUDAR

Así también la marca busca usar esta iniciativa para contribuir con artesanos locales que se han visto fuertemente afectados debido a la crisis sanitaria por el coronavirus. Esta misma escultura será replicada en formatos pequeños de 30 centímetros de alto que serán intervenidas por otros artistas locales y se podrán a la venta en las tiendas Índigo y Cuatro en un Baúl, con miras a recaudar fondos para contribuir con la Comunidad de Artesanos de San Blas del Cusco.

Que ese abrazo imaginario sirva hasta esperar el verdadero.

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