A más de un mes de la cuarentena en el Perú- para evitar la propagación del Coronavirus (COVID-19)- algo que ha llamado especial atención de los limeños acostumbrados al cielo gris de la capital, es que ahora luce hermoso: azul.
Según el biólogo Patrick Venail, director de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) este cambio se debe a diferentes aspectos, el principal es que ahora hay una menor circulación de automóviles.
“En Lima transitaban a diario más de tres millones de autos, eso se ha reducido ahora al 90%, y como es lógico trae muchas consecuencias positivas. No solo el color del cielo es azul, también el aire es de mejor calidad y se debe principalmente a la poca emisión de gases de los motores. Después de muchas décadas la calidad del aire de Lima está dentro de lo que recomienda la Organización Mundial de Salud”, comenta el experto.
Agrega: “En realidad el cielo, siempre ha sido azul, solo que por la contaminación se formaba un capa de humo que nos impedía ver su color”.
Sin embargo, Venail advierte que los animales también están disfrutando de esta época en la que estamos aislados, la repentina presencia en las playas de lobos marinos, delfines, aves migratorias y halcones peregrinos no es casualidad.
“En Lima, ahora hay menos ruido, no está el claxon que era generado por el tráfico, por eso algunos animales están aprovechando nuestro aislamiento para salir. Siempre han estado ahí, solo que la presencia del hombre los cohibía, ya no se siente perturbados, pero ojo esto no es algo que pasa a nivel mundial. Incluso están apareciendo especies que se creían estaban extintas”, explica el biólogo.
El color de las aguas del río Rímac, también ha cambiado y para Patrick Venail esto tiene una explicación. “Es probable que la industrias que lo contaminan por el momento estén paradas, como por ejemplo, las empresas que producen cementos, mineras, así como la misma población que bota desechos y lo considera como un basurero”.
Si bien estos días en que vivimos confinados sentir aire puro, ver un cielo azul, y nuestro mar aunque sea por fotografías limpio, es algo que nos motiva, pero cómo ciudadanos qué podemos hacer para que se mantenga esto.
“La población debería hacerse estas preguntas: ¿Es necesario cambiar un teléfono cada que sale uno más moderno? ¿Es necesario llevar una bolsa plástica o comprar productos procesados? La respuesta en todas estas es no, obviamente. Así ayudaremos al planeta y a nosotros mismos”, señaló el especialista.
A todo esto -subraya el biólogo- se debería sumar nuestra manera de desplazarnos. “Nuestras acciones tienen un impacto, y lo estamos viendo ahora. Una buena forma de hacerlo y la más importante es el transporte en bicicleta o vehículos ecoamigables, para ello sería bueno que en Lima se pongan más ciclovías y se pueda circular con seguridad, eso es tarea del Estado, pero la bicicleta siempre será una excelente opción”, añade.