Una de las grandes fortalezas económicas del turismo en cualquier parte del mundo son los populares souvenirs. Esos pequeños objetos que nos llevamos a casa para conmemorar un viaje inolvidable, para regalar a alguien especial o simplemente para coleccionar como una suerte de estampa en el pasaporte. Aquí te contamos todo sobre el souvenir que reivindica una tradición milenaria que hasta el día de hoy encanta a quienes visitan el Perú.
El furor por los souvenirs en el turismo
Hablando etimológicamente, la palabra souvenir es un vocablo francés que proviene del latín sub- (bajo) y venire (venir), venir abajo, asociado a la idea de ayudar a la memoria. Para el turismo, entendido como un recuerdo de un viaje agradable en forma de un pequeño objeto con más valor sentimental que práctico porque, a veces, las fotos o la memoria no son suficientes para que aquel recuerdo perdure a través del tiempo. A veces, es necesario para algunos llevarse consigo una parte representativa tangible del destino visitado. Ya sea en forma de llaveros, pinturas, cuadros, esculturas, instrumentos musicales, alimentos, botellas de licor u otras curiosidades; pues en cada país se puede identificar los aspectos más resaltantes de su cultura a raíz de sus souvenirs.
Ahora, es posible saber cuáles son los más codiciados en cada continente y país alrededor del mundo. A través de un mapa, la agencia de viajes de origen francés Club Med mostró los resultados de su estudio a nivel global que incluyó Europa, África, Asia, Oceanía, Norteamérica y Sudamérica. Así, descubrimos que en Ecuador el souvenir más vendido es el café, en Argentina los artículos de cuero; en Uruguay las piedras preciosas; en Brasil las hamacas, en Chile la joyería de lapislázuli; en Bolivia el poncho y así sucesivamente.
Siendo el Perú uno de los destinos más visitados en Sudamérica gracias a la gran oferta turísticas que tiene para sus visitantes en cualquiera de sus regiones, puede resultar difícil decidir cuál es el souvenir favorito de quienes quieren llevarse un pedacito del país en la maleta. Un debate que ha sido resuelto a través del mapa de Club Med que revela que el souvenir más vendido en el Perú es el chullo.
El chullo: el souvenir peruano por excelencia
Proveniente del vocablo quechua ch’ullu que significa “gorro tradicional de lana de alpaca”; aquel colorido gorro tejido de estilo andino, con llamativas orejeras y peculiares borlas es el favorito de quienes llegan y se van del Perú con un grato recuerdo. Y no es ninguna sorpresa pues a través de los años, hemos visto cómo diversas personalidades que iban desde estrellas internacionales hasta figuras de poder como el mismo papa Francisco han quedado maravilladas con este pequeño accesorio que se erige como un símbolo de la identidad nacional.
Pero ¿por qué esta pieza es el recuerdo peruano favorito a nivel mundial? Aunque aparentemente sencillo, el chullo peruano esconde diversas muestras de la riqueza cultural de nuestro país. La originalidad en sus infinitos diseños multicolores, la artesanalidad local en su elaboración y el precioso material textil (como la lana de alpaca) que es altamente codiciado en las esferas más importantes del mundo de la moda a nivel global.
Y sus atributos no terminan ahí, pues también conlleva una gran carga histórica. En primer lugar, por la funcionalidad. Desde épocas antiguas, el chullo era usado para mantener la temperatura corporal y resguardar a los pobladores del intenso frío característico de los Andes. En segundo lugar, por su significado a nivel social. En lugares como Puno y Cusco, por ejemplo, jugó un rol clave en la jerarquía social y las dinámicas en las relaciones (demostración de habilidades de tejido en las mujeres, muestra de riqueza y poder en los hombres, entre otras).
Así, cada vez que un visitante se sienta atraído por un chullo que de primer momento puede ser una prenda salvadora en su viaje por las zonas más frías del Perú o de plano un adorable accesorio a full color que puede encontrar en cualquier zona comercial o negocio local dedicado a la venta de artesanías; es importante recordar que también es una prenda con mucho valor social por su historia y con mucho valor económico por las oportunidades de trabajo que representa para los pobladores locales que las venden a quienes llegan de visita al país.
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