Arequipa: Mollendo, el destino de playa que no sabías que necesitabas y sus joyas escondidas | CRÓNICA

Curiosamente, las playas de Mollendo llevan números por nombre. Es así, por lo menos, con las cuatro primeras. Las bautizaron los pescadores. Comenzaron con la playa Cero, denominada así porque cuando la marea sube desaparece por completo. Las colindantes han sido nombradas en consecuencia como Primera, Segunda y Tercera.

MIRA: Calor intenso en la capital: estas son las playas declaradas “saludables” en todo el Perú

La Primera Playa es extensa, de mar abierto y bastante frecuentada por familias sureñas. Está ubicada junto a un parque acuático, que cuenta con piscinas, toboganes y espacios para disfrutar con niños. El parque abre a fines de diciembre, el ingreso cuesta S/ 5 y también posee restaurantes.

La Segunda Playa es famosa por el castillo Forga, el símbolo de Mollendo, construido en el siglo XIX y declarado Monumento Histórico de la Nación en 1986. Además de vivienda, ha servido como base militar en 1942, monasterio de las Carmelitas Descalzas en 1966 y finalmente como un hotel. Sara Delgado, encargada de la oficina de turismo de la Municipalidad de Islay, me cuenta que después de haber estado abandonado por años, el 2023 se iniciarán las obras de Copesco para su puesta en valor.

Le siguen la Tercera Playa, Albatros y Las Rocas, que son las más concurridas. Delgado asegura que Mollendo cuenta con, al menos, 14 km de playa mientras que la provincia de Islay atesora 35 km. Un verdadero lujo.

Comienza diciembre y en la explanada de la Segunda Playa se realiza Perú Mucho Gusto, la feria organizada por Promperú, que en esta edición reúne a 39 expositores de diferentes regiones del país. Aunque se trata del evento más grande que se ha realizado en Mollendo –en solo tres días ha reunido a 21.000 visitantes– no es el primero. Cada verano este lugar es escenario de conciertos, competencias deportivas y encuentros culinarios. No cabe duda, es de paso obligado.

Un ceviche frente al mar es todo lo que uno quiere en verano y aquí se puede disfrutar todo el año. La comida de Mollendo goza de muy buena fama. Es tan sabrosa como en la ciudad de Arequipa, pero con insumos marinos. Su plato emblema es el perol, que combina mariscos con una salsa semejante a la ocopa. También son famosos sus ceviches y sus lapas arrebozadas.

En cuanto puedo me voy a la arena. Es poco más del mediodía así que aún está tibia. Una larga fila de sombrillas blancas, que se alquilan durante la temporada, permanecen medio vacías. A paso raudo me acerco a la orilla, donde unos niños chapotean y un grupo de jóvenes sortea las olas. Da ganas de unirse, pero la temperatura del agua es bastante baja. O al menos, más fría que en Lima.

La caleta Catarindo es considerada como una de las más hermosas del litoral arequipeño. Está a solo 10 minutos del centro de Mollendo, así que no hay excusas para dejar de conocerla. Es pequeña, de aguas mansas y parece estar escondida. Para acceder, descendemos por un camino sinuoso, que nos regala una hermosa vista desde lo alto.

Aquella tarde la encontramos vacía, pero los locales aseguran que en enero y febrero no queda espacio ni para un alfiler. En cuanto cae el sol emprendemos el retorno. Un taxi cobra unos S/ 10 para volver al malecón de Mollendo, pero en verano encuentras colectivos.

De regreso hacemos una parada a la altura de la locomotora del ferrocarril Trasandino del Sur, obra inaugurada en 1871 y que permitió el desarrollo de esta ciudad costera. A partir de allí andamos con dirección al castillo de Forga, hasta que el cielo se pinta de naranja. Entre las dos primeras playas, vemos varios spots como las letras de Mollendo o las alas de mariposa, donde se pueden hacer fotos muy creativas sobre todo al atardecer.

A la mañana siguiente salimos bien temprano rumbo a las Islas Albizuri, que no están en Mollendo sino en Matarani, en el distrito vecino de Islay, a unos 15 minutos aproximadamente. Con un desayuno ligero y una pastilla para evitar el mareo, abordamos la embarcación de madera que los mismos pescadores han adaptado para el turismo y salimos a la mar.

Santiago Montes es un pescador de Matarani que hoy está al mando del bote que nos conduce a un encuentro cercano con la fauna marina. En su barco de pesca adaptado puede transportar hasta 15 personas, que viajan en asientos individuales y cubiertos por un techo. El paseo dura dos horas y cuesta S/ 25 por pasajero.

El primer punto de avistamiento es frente a la isla Tortuga, habitada por piqueros, guanay, zarcillos y otras aves. En el camino nos sorprende un banco de coloridas medusas y luego otro. En una lobera encontramos un enorme lobo chusco, rodeado de algunas hembras y sus crías. En el siguiente roquerío hay lobos finos, que son una especie más pequeña y de nariz puntiaguda.

Han pasado casi dos horas y nadie se ha mareado. Lo único que se oye son expresiones de admiración por la riqueza natural de este lugar poco visitado. Montes comenta que en verano, las embarcaciones salen tres veces al día para realizar esta excursión (si quieres hacerla, puedes contactarlo al: 968 108 229). En la ruta también vemos pingüinos, más medusas y gran cantidad de aves.

El paseo por este rincón arequipeño puede continuar. Atractivos hay de sobra. Pero el vuelo de retorno a Lima nos obliga a partir. Claro, con la promesa de volver para disfrutar del verano en la provincia de Islay.