La historia de Santa Eulalia se remonta a tiempos prehispánicos, cuando la zona estaba habitada por diversas culturas indígenas.
La historia de Santa Eulalia se remonta a tiempos prehispánicos, cuando la zona estaba habitada por diversas culturas indígenas.
/ Archivo El Comercio
Redacción EC

es un país lleno de tesoros por descubrir, y uno de ellos se encuentra a tan solo una hora de Lima. , un encantador pueblo ubicado en el Valle del Río Rímac, ofrece una amplia gama de actividades para disfrutar de la naturaleza, la historia y la gastronomía. En este artículo, te presentaremos las 10 mejores cosas para hacer en Santa Eulalia, un destino perfecto para escapar de la rutina citadina y sumergirte en un entorno mágico.

1. Explora el Museo Municipal de San Juan de Iris

Comienza tu aventura en Santa Eulalia visitando el Museo Municipal de San Juan de Iris, donde podrás aprender sobre la historia y la cultura de la zona. Este museo alberga una colección de artefactos prehispánicos encontrados en la región, así como exhibiciones que te llevarán en un viaje a través del pasado.

La cuenca alta del valle de Santa Eulalia presume su riqueza natural y cultural. Por ejemplo, aquí se encuentra el rodal de puyas de Raimondi más extenso de Lima, entre otros atractivos.
La cuenca alta del valle de Santa Eulalia presume su riqueza natural y cultural. Por ejemplo, aquí se encuentra el rodal de puyas de Raimondi más extenso de Lima, entre otros atractivos.
/ Victor Villanueva

2. Admira los hermosos paisajes naturales

Santa Eulalia es conocida por sus impresionantes paisajes naturales. Aprovecha para realizar caminatas por los senderos cercanos y maravíllate con la abundante vegetación, cascadas y miradores panorámicos. Puedes visitar Matucana, ideal para realizar caminatas; o también las famosas cataratas de San Jerónimo de Surco y el imponente Bosque de Zárate.

3. Disfruta de la deliciosa gastronomía local

La comida en Santa Eulalia es una experiencia que no puedes dejar pasar. Prueba platos típicos peruanos, como la pachamanca, el cuy chactado o el ceviche de trucha, una especialidad de la región. Los restaurantes locales ofrecen una variedad de opciones deliciosas para satisfacer todos los gustos.

Luego de un interesante recorrido por las zonas arqueológicas de Santa Eulalia, llega la esperada hora del almuerzo. La comida más popular de la zona es la Pachamanca y el ceviche de trucha.
Luego de un interesante recorrido por las zonas arqueológicas de Santa Eulalia, llega la esperada hora del almuerzo. La comida más popular de la zona es la Pachamanca y el ceviche de trucha.
/ Buenazo

4. Realiza rafting en el Río Rímac

Si eres amante de la adrenalina, Santa Eulalia es el lugar perfecto para ti. Descubre la emoción de practicar deportes de aventura, como el rafting en el Río Rímac, el ciclismo de montaña por los senderos desafiantes o la escalada en roca en los alrededores del valle. Hay opciones para todos los niveles de experiencia.

5. Visita el Cañón de Autisha

Además de sus paisajes, este escenario es conocido por sus posibilidades de aventura. Aquí se ubican el cañón Autisha y el puente del mismo nombre, donde puedes practicar rapel y descender 200 m, o hacer trekking subterráneo hasta la cascada Autisha. Si no le temes a la altura, opta por el puenting y libérate del estrés.

¡La caída libre es de casi 20 m! En Puenting Perú el salto más el trekking cuesta S/. 170, monto que incluye el transporte ida y vuelta desde Lima, guías y equipos profesionales.
¡La caída libre es de casi 20 m! En Puenting Perú el salto más el trekking cuesta S/. 170, monto que incluye el transporte ida y vuelta desde Lima, guías y equipos profesionales.
/ Archivo El Comercio

6. Explora la Ruta del Pisco

No puedes visitar Perú sin probar su famoso pisco. Santa Eulalia forma parte de la Ruta del Pisco, una zona reconocida por la producción de esta tradicional bebida peruana. Realiza una visita a una destilería local para aprender sobre el proceso de producción y degustar diferentes variedades de pisco.

7. Realiza avistamiento de aves

El avistamiento de aves es otro atractivo en el cañón Santa Eulalia, contemplarás al cóndor andino. Finalmente, en la ruta, podrás disfrutar de la vista del río y la vegetación que lo rodea.

A lo largo de los años, Santa Eulalia ha experimentado un crecimiento y desarrollo significativos. En la actualidad, el pueblo es conocido por su belleza natural y su importancia como destino turístico.
A lo largo de los años, Santa Eulalia ha experimentado un crecimiento y desarrollo significativos. En la actualidad, el pueblo es conocido por su belleza natural y su importancia como destino turístico.
/ Perú Birds

8. Realiza turismo vivencial en comunidades locales

Una experiencia enriquecedora en Santa Eulalia es sumergirse en el turismo vivencial. Visita las comunidades locales cercanas y participa en actividades tradicionales, como la elaboración de tejidos, la agricultura o la preparación de alimentos. Aprende de primera mano sobre la cultura y las tradiciones de la zona mientras interactúas con la gente local.

9. Visita las ruinas de la Fortaleza de Marcahuasi

Cerca a Santa Eulalia, también resalta la Fortaleza de Marcahuasi, el punto más elevado de la meseta, donde hay un monolito con un inmenso altar de piedra. Además, se pueden encontrar chullpas, terrazas y numerosas construcciones de origen prehispánico, que son el registro de la presencia humana que habitó la zona siglos atrás.

Santa Eulalia, de unos 1,030 metros de altitud, es perfecto para aclimatarse antes del deporte hacia zonas de altura y aprender sobre la Historia del Perú.
Santa Eulalia, de unos 1,030 metros de altitud, es perfecto para aclimatarse antes del deporte hacia zonas de altura y aprender sobre la Historia del Perú.
/ Archivo El Comercio

10. Disfruta del trekking

Una vez te encuentres en Marcahuasi, las lagunas Cachu Cachu y Huacracocha, el Valle de las Focas y el Felino Sagrado, son otros atractivos que sobresalen en este destino limeño que es una de las paradas obligadas para los amantes del trekking y de la escalada de roca. Recorrer Marcahuasi de punta a punta puede tomar unas tres horas y media, por lo que sus visitantes deben procurar tener un buen estado físico y no olvidar llevar varias botellas con agua.

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