Machu Picchu es uno de los atractivos turísticos más populares de nuestro país, pero al mismo tiempo es uno de los más misteriosos y enigmáticos lugares. Esta hermosa ciudadela fue construida aproximadamente en 1450, pero recién descubierta en 1911. Aunque desde su aparición se plantean muchas preguntas, aún varias no han sido resueltas.
Debido a esta falta de respuestas Mark Adams, autor de Turn Right at Machu Picchu, publicó un artículo en National Geographic sobre los secretos que esconde la ciudadela inca y que la mayoría desconoce.
1. No es la ciudad perdida de los incas
De acuerdo con el explorador Hiram Bingham III, quien fue el que encontró Machu Picchu en 1911, él se encontraba en búsqueda de una ciudad diferente conocida como Vilcabamba. Siendo esta la capital oculta a la que el pueblo inca había escapado después de que los conquistadores españoles llegaran en 1532. Con el tiempo Machu Picchu se hizo famosa como la legendaria ciudad perdida de los Incas.
Debido a esto, Bingham pasó la mayor parte de su vida argumentando que Machu Picchu y Vilcabamba eran la misma ciudad, una teoría que no se pudo probar como errónea hasta después de su muerte en 1956. (Actualmente se cree que la verdadera ciudad de Vilcabamba se construyó en la jungla a aproximadamente 80 kilómetros al oeste de Machu Picchu). Investigaciones recientes han puesto en duda si Machu Picchu había sido realmente olvidada, ya que cuando Bingham la descubrió, tres familias de agricultores vivían en el lugar.
2. Machu Picchu ha resistido terremotos
En Machu Picchu las piedras de los edificios de la ciudadela no utilizan ningún tipo de argamasa en las uniones, ya que las rocas se cortaron de manera tan precisa y se encajaron de forma tan ajustada que no se podría introducir ni una tarjeta de crédito entre ellas. Aparte de las ventajas estéticas evidentes de este estilo de construcción, existen ventajas en cuanto a la ingeniería.
Sin embargo, Perú es un país sísmicamente inestable (Lima y Cusco han sido azotadas por los terremotos), y Machu Picchu fue construido en lo alto de dos fallas. Cuando se produce un terremoto, las piedras de los edificios se mueven durante los temblores y luego vuelven a su lugar. Lo que resulta interesante es que sin este método de construcción, muchos de los edificios más conocidos en Machu Picchu se habrían derrumbado hace mucho tiempo.
3. Las partes más impresionantes son invisibles
A los incas se les recuerda por sus hermosos muros, donde destacan sus proyectos de ingeniería civil que eran increíblemente avanzados. El sitio tuvo que ser esculpido a partir de una muesca entre dos pequeños picos, moviendo piedras y tierra para crear un espacio relativamente plano.
De acuerdo con el ingeniero Kenneth Wright se ha estimado que el 60 % de la construcción realizada en Machu Picchu se encuentra bajo tierra. Donde buena parte de esas construcciones consta de cimientos profundos y rocas trituradas utilizadas como drenaje. (Como podrá contarle cualquier persona que visite durante la temporada húmeda, Machu Picchu recibe mucha lluvia).
4. Se puede caminar hasta las ruinas
Viajar a Machu Picchu tiene muchas características, pero no se distingue por ser barato. Los boletos de tren desde Cusco pueden costar más de cien dólares cada uno, y el precio de la entrada cuesta USD 43 adicionales. En el medio, un viaje de ida y vuelta en autobús por la pendiente de 609 metros de altura sobre la que se encuentran las ruinas incas cuesta otros USD 14.
Sin embargo, existe otra opción donde se puede subir y bajar de forma gratuita. El empinado camino sigue aproximadamente la ruta de Hiram Bingham de 1911 y ofrece unas vistas extraordinarias del santuario histórico de Machu Picchu, que se ve casi como era en la época de Bingham. El tiempo aproximado de subida es de 90 minutos.
5. Existe un excelente museo escondido que nadie visita
Aunque el lugar más conocido es Machu Picchu, existe un Museo de Sitio Manuel Chávez Ballón (entrada USD 8) que completa mucho de los espacios en blanco acerca de cómo y por qué se construyó Machu Picchu (las exhibiciones están en inglés y español) y por qué los incas eligieron un lugar natural tan extraordinario para crear la ciudadela. El museo está escondido al final de un largo camino de tierra cerca de la base de Machu Picchu, a unos 30 minutos a pie desde la ciudad de Aguas Calientes.
6. Hay más de un pico para escalar
Los visitantes, antes del amanecer, hacen cola fuera de la estación de autobuses de Aguas Calientes con la esperanza de ser unas de las primeras personas en llegar al lugar. ¿Por qué? Porque solo las primeras 400 personas que se inscriban son elegidas para subir al Huayna Picchu (el pequeño pico verde, con forma de cuerno de rinoceronte, que aparece en el fondo de muchas fotos de Machu Picchu).
Casi nadie se molesta en subir a la cima del Huayna Picchu, que cuenta con 500 metros de altura y ofrece espectaculares vistas de la zona que rodea las ruinas (sobre todo del río Urubamba que rodea Machu Picchu como una serpiente en espiral) son espectaculares.
7. Existe un templo secreto
Si usted es uno de los afortunados madrugadores que obtiene un lugar en la lista de invitados a Huayna Picchu, trate de no solo ascender a la montaña, tomar unas fotos e irse. Tómese el tiempo para seguir el asombroso camino hasta el Templo de la Luna, situado al otro lado del Huayna Picchu. Aquí, se ha construido una especie de santuario ceremonial en una cueva llena de exquisitos trabajos en piedra y nichos que probablemente alguna vez se usaron para guardar momias.
8. Aún faltan cosas por descubrir
Si se fija bien y se aleja de las ruinas centrales de Machu Picchu, notará la existencia de caminos laterales que se desvían hacia la espesa vegetación. Aunque se desconoce a dónde van, por lo espeso del bosque se señala que pueden haber senderos desconocidos y ruinas que todavía no se han encontrado.
9. Tiene un gran sentido de la orientación
Los visitantes a Machu Picchu han entendido que el entorno natural de las ruinas es tan importante para el sitio como los propios edificios. Según investigaciones recientes la ubicación del lugar y la orientación de sus estructuras más importantes estuvieron fuertemente influenciadas por el emplazamiento de las cercanas montañas sagradas, o apus.
Una piedra en forma de flecha en la cima de Huayna Picchu parece apuntar hacia el sur, directamente a través de la famosa piedra de Intihuatana, al monte Salcantay, uno de los apus más venerados en la cosmología inca. En los días importantes del calendario inca, se puede ver el amanecer o la puesta de sol detrás de otros picos importantes.
10. Puede haber sido el final de una peregrinación
De acuerdo con el arqueoastrónomo italiano Giulio Magli sugiere en una nueva teoría que el viaje a Machu Picchu desde Cusco podría haber tenido un propósito ceremonial: revivir el viaje celestial que, según la leyenda, realizó el primer inca cuando salió de la Isla del Sol en el lago Titicaca.
En lugar de seguir el camino más sensato a lo largo de las orillas del río Urubamba, los incas construyeron el Camino del Inca que, según Magli, preparaba a los peregrinos para el ingreso a la impresionante ciudadela de Machu Picchu. La etapa final de la peregrinación habría terminado con el ascenso de los escalones hasta la piedra de Intihuatana, el punto más alto de las ruinas principales.
Contenido Sugerido
Contenido GEC