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Rincones enigmáticos del Perú para pasar la noche Halloween - 4
Redacción EC

Como siempre estamos buscando excusas para viajar, pensamos que en ocasión de celebrarse la fiesta Halloween podríamos darte algunas sugerencias de rincones del Perú que se caracterizan por ser lugares enigmáticos y relacionados con las artes ocultas. Así que en vez de tener que ponerte un disfraz, mejor haz una maleta y vive este 31 de octubre un viaje esotérico.

1. El mercado de los brujos en Chiclayo

El mercado de los brujos es el lugar de encuentro de los espiritistas, brujos y hechiceros. Y de los curiosos, claro está. Está ubicado muy cerca de la Plaza de Armas y allí encontrarás productos de hechicería como serpientes secas, remedios a base de hierbas y objetos ceremoniales como máscaras, tambores y silbatos.  Si te animas a hacer una sesión iniciativa con un chamán, este es el lugar.

(Foto.: Shutterstock)

2. Huasao - Cuzco 

Todos quienes buscan una solución "sobrenatural" a sus problemas llegan al "Pueblo de los Brujos", ubicada a 30 minutos del sureste de Cuzco. Allí acuden quienes andan tras una pócima mágica que los ayude a mejorar la suerte de los negocios, buscar una cura de una enfermedad, librarse del 'mal de ojo', ver el futuro en las hojas de coca o vengar una infidelidad. 

(Foto: Dante Piaggio / El Comercio)

3. Cachiche - Ica

Cuenta la leyenda que Cachiche -ubicada a 10 minutos en auto de la ciudad de Ica- era hogar de unas brujas. Unas mujeres poseedoras de poderes sobrenaturales, que preparaban brebajes para lograr un amor fiel y eterno. Eso le confiere al lugar un manto enigmático. Allí, aparte, se encuentra "La Palmera de las Siete Cabeza". Un tronco con forma de pulpo sobre el que existe el mito que si se deja crecer la séptima cabeza se originará una tragedia en el lugar. 

La Palma de las Siete Cabeza

4. Las Huaringas - Piura

Las Huaringas, ubicada a 6 horas de la ciudad de Piura, tiene la particularidad de poseer 14 lagunas legendarias con propiedades curativas, ubicadas a lo largo de la Coordillera Huamaní. Para entrar a ellas hay que estar acompañados con un curadero o chamán. 

 

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