Redacción EC

Texto y videos: Rudy Jordán 

Fotos interiores: Marina Gozalo

Si estás en Cusco, y eres aventurero, y quieres poner a prueba tu físico y sentir (un poco) lo que sentían los chasquis ––aquellos recios mensajeros que recorrían toda Sudamérica a través del Gran Camino Inca (Quapacñan) ––; toma tu mochila, tu botella de agua, tus zapatillas más guerreras y prepárate a conocer con tus propios pies el Valle Sagrado de los Incas.   

De la Catedral hacia el Cristo

Me ubico en mitad de la Plaza de Armas y miro al cielo con dirección noreste. Allí está el Cristo Blanco, muy parecido al Cristo Corcovado de Río de Janeiro o al Cristo del Pacífico de nuestra Costa Verde. La imponente efigie de ocho metros esculpida por el artista cusqueño, Ernesto Olazo Olivera, fue un regalo de la comunidad árabe-palestina a la ciudad de Cusco. Esta se encentra a cinco kilómetros de la ciudad y es el primer punto al que se debe llegar.  

(Foto: El Cristo blanco, considerado el protector de la ciudad, se encuentra en el cerro Pukamoqo y es el primer punto al que se debe llegar)

Donde inicia la Catedral de Cusco, toma la cuesta hacia San Blas. Tras la Piedra de los 12 ángulos, doblo a la izquierda y camino unas cuadras-que no son muchas pero parecen multiplicarse por su ángulo empinado-por la calle Choquechaca. Allí vienen los primeros jadeos. Observo la pequeña catarata, bebo un sorbo de agua y subo las escaleras. 

Ahora tomo la derecha por la calle 7 borreguitos–llamada así porque muchos pobladores descendían esta cuesta con animales de carga para lavar sus ropas en el río Tullumayo-y subo por la calle Tandapata. Con zigzagueos constantes, tramos angostos y oxígeno escaso, este es el tramo más exigente pero al mismo tiempo estimulante. Sus casitas típicas, sus pobladores amables y un camino de concreto se reverdecen para convertirse en flores, agua y jardín.  

Luego de un recorrido de unos 30 minutos, te lleva al Parque Arqueológico de Sacsayhuamán. Aquí la mayoría de turistas ha llegado en bus, taxi o micro pero ese es el encanto de esta ruta que no está dentro de los tours. De allí al Cristo Blanco, estás apenas a un paso. En el mirador, ubicado a 3575 metros  m.s.n.m., la ciudad parece una maqueta o un Lego. Todo se llena de silencio. Todo se llena de paz. 

(Foto: Desde el mirador, ubicado a 3575 metros m.s.n.m. se tiene una vista completa de la ciudad del Cusco)

Una ruta a caballo por el Valle Sagrado

Ahora puedes seguir la ruta en trekking o probar algo distinto y recorrer los principales puntos del Valle Sagrado a caballo. Muchos pobladores de la zona ofrecen el servicio, el cual fluctúa entre 25 y 50 soles por persona, e incluye la visita guiada.

El operador turístico Policarpo Jauja ofrece hacer el Circuito Místico, el cual dura dos horas, cuesta 25 soles por persona e incluye la Zona X, el Templo de la luna y el Templo de los monos. Este tour es el más corto, pues está también el Circuito tradicional que incluye el santuario de Q’enqo, la fortaleza de Puka pukara, Tambomachay y la fortaleza ceremonial de Sacsayahuamán. Elijo el caballo más robusto-yo peso 90 kilos pero los equinos mestizos aguantan hasta 150-y comienza el recorrido entre árboles gigantescos y bosques de aire puro. 

(Foto: Ir a Caballo por el Valle Sagrado es una experiencia única. Los equinos aguantan un peso de hasta 150 kilos)

Luego de quince minutos se llega a la Zona X, un lugar conformado por cavernas que funcionaban como una especie de almacén de piedras durante el Imperio Incaico. Del interior de estas formaciones rocosas, los Incas cortaban sus rumis (piedras) perfectas para encajarlas en construcciones como Sacsayhuamán o Tambomachay. Aquí vale la pena recorrer sus caminos tranquilos, cerrar los ojos e intentar descifrar cómo hicieron los antiguos peruanos para trasladar esas colosales pirqas (muros de piedra).

De vuelta a la cabalgata, tras una colina y en un límpido cielo con nubes que parecen de algodón, aparece el Templo de los monos-un lugar de adoración y sacrificios- y se avista finalmente el Templo de la luna. Cuentan las leyendas que la cueva principal de este santuario estaba cubierta de oro y que en noches de luna llena la luz era tal que cegaba a quienes la visitaban. 

Lo cierto es que hoy en día muchas parejas que no pueden tener hijos llegan al Templo de la luna por ser considerado un lugar para la fertilidad. Otros, que como yo están cansados de  caminar, pueden simplemente recostarse para recargar energía y vivir esa experiencia tan cusqueña de sentirse insignificante y sagrado como una piedra, como una piedra más. 

(Foto: Vista panorámica del Templo de la luna, considerado un santuario de la fertilidad)

Tips para viajeros:

• Llevar un botiquín personal para primeros auxilios en caso de soroche y/o mareos.
• Un bastón especial para trekking.
• Unas zapatillas aptas para la caminata.
• ¡Mucha, mucha agua!

Si quieres maximizar tu aventura, ahorrar un poco de dinero y disfrutar de los alucinantes paisajes del Perú, te recomendamos viajar en bus. En su servicio Crucero Suit, Cruz del Sur ofrece cómodos viajes diarios a Cuzco por S/.185. Los horarios de partida son las 2 p.m. y 5:30 p.m. 

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