Milagros Vera Colens

Para ser sincera, sabía muy poco sobre este destino antes de conocerlo. Pero desde que llegué, o supo conquistarme. Primero porque parece una ciudad sacada de un cuento. Sus casitas apretujadas y de techos rojos miran al puente que cruza el río Duero. Monumentos de fe lucen cientos de azulejos. Por sus calles transitan antiguos tranvías. También tiene un funicular y un teleférico. Curiosamente no solo alberga a la librería más bella del mundo sino al McDonald ‘s más lujoso del planeta. ¿Puedes imaginarla?

Oporto es perfecta para caminar. Puedes conocer bastante en un par de días.
Oporto es perfecta para caminar. Puedes conocer bastante en un par de días.
/ Pixabay

Oporto es un destino seguro y barato

Otra cosa que me gustó es que no sentí inseguridad en sus calles. Aunque en ese momento no lo sabía, Portugal es el sexto país más seguro del mundo para vivir según un informe de Global Peace Index. Además, Oporto ha sido nombrada como el Mejor Destino Urbano del Mundo 2022 según los World Travel Awards, conocidos como los Oscar del turismo.

Por si eso fuera poco, se trata de una de las 10 ciudades más baratas para vivir, según la revista Time Out. Así que, gastaremos menos que en destinos como Milán, Londres o París. Es más, según el sitio web Expatistan, esta urbe portuguesa resulta 15 % más económica que Madrid y Barcelona.

Viaja en las líneas 1 y 22 del tranvía. El boleto cuesta 2,50 euros.
Viaja en las líneas 1 y 22 del tranvía. El boleto cuesta 2,50 euros.
/ Pixabay

Para comprobarlo esta web publica los precios de la Big Mac, que cuesta 7 euros. Un menú con bebida, en una zona cara de Oporto, cuesta 10 euros y una cena para dos, con entrada, plato de fondo, postre y vino, cuesta 32 euros. Tarifas más que justas para el Viejo Continente. No se diga más, ¡viajemos!

¿Qué ver en Oporto?

En un solo día recorrí su casco histórico, que es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1996. Comencé por la Torre de los Clérigos y los 250 escalones que conducen a la primera panorámica de la ciudad. Visité la iglesia do Carmo, con su impresionante fachada revestida de azulejos. Unos pasos más y encontré la concurrida librería Lello, famosa por servir de inspiración a la autora de la novela Harry Potter. La fila para entrar era larguísima. Si planeas visitarla, ve antes de las 8 a. m.

Las fachadas de azulejos son insignia lusa. Obligado fotografiarlas.
Las fachadas de azulejos son insignia lusa. Obligado fotografiarlas.
/ Pixabay

Quedé maravillada con la estación de San Bento, que luce 20.000 azulejos en sus paredes. Muy cerca está el McDonald ‘s más bello del mundo, al que se puede ingresar solo por curiosidad viajera. Comer en Oporto es otro viaje al corazón de Portugal. Pulpos, sardinas y bacalao son las estrellas de las mesas.

También fui a la catedral, con su mezcla de estilos gótico y barroco. Como está ubicada sobre una colina, ofrece vistas espectaculares. A partir de allí inicié el descenso a La Ribeira, uno de los lugares más encantadores de Oporto. Con callecitas estrechas y empedradas, casas coloridas y la ropa recién lavada fuera de los balcones como decoración. Como de costumbre, lucía repleto de restaurantes, donde los locales se confunden entre los viajeros y se vive el mejor ambiente. Entonces me detuve para ver el atardecer, con copa en mano.

El atardecer en el río Duero es un imperdible en Oporto. Aprovecha, es gratis.
El atardecer en el río Duero es un imperdible en Oporto. Aprovecha, es gratis.
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Al otro día volví con la excusa de cruzar el puente Don Luis I. En realidad, quería ver de nuevo esa postal auténtica de Oporto. Tomé el teleférico que conduce hacia Vila Nova de Gaia, la otra orilla del río, donde se elabora el vino oriundo. Las vistas del Duero, desde lo alto, son todavía mejores. El viaje dura solo 5 minutos y el boleto tiene un precio de 6 euros por tramo y 9, ida y vuelta. ¿Cuál es el plan? Participar de una cata y almorzar de ese lado.

De vuelta, tomé la calle de Santa Catarina hasta la Capilla de las Almas, una obra de arte revestida íntegramente con azulejos, que parece hecha para el Instagram. Hice una parada en el elegante Café Majestic para probar las famosas francesinhas, unos sánguches con carne de ternera, jamón, salchicha, servidos con queso, huevo y papas fritas. Pagué varios euros más que en cualquier otro sitio, pero como el lugar funciona desde 1921, valió bien cada centavo.

A tener en cuenta
  • Los peruanos no necesitamos visa para ingresar a Portugal. Solo se requiere contar con el pasaporte vigente, el boleto de regreso y los medios económicos para solventar el viaje.
  • No existen vuelos directos de Lima a Oporto. Para llegar debes hacer, por lo menos, una escala. En Google Flights encuentras pasajes desde S/4.000 ida y vuelta.
  • El mes más barato para volar a Oporto desde Lima es febrero. Según Kayak puedes encontrar pasajes 4 % más baratos.
  • Desde el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas salen buses a este destino. El viaje dura 8 horas. En Flixbus encuentras boletos desde 20 euros.  

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