La exdirectora de la Secretaría de Educación provincial es una de las empleadas de una fábrica de alfombras en Kabul, al igual que ella, sus compañeras de jornada, antiguas funcionarias y universitarias que perdieron su empleo con la llegada de los talibanes, son símbolo de varias generaciones de mujeres desterradas de la sociedad. (Fuente: EFE)