Delfines, guacamayos, caimanes y decenas de otros animales salvajes de la Amazonía brasileña se tomaron las calles en un carnavalesco desfile que se ha convertido en un grito por la preservación del medioambiente en la mayor fiesta de Brasil. Los disfraces, confeccionados a partir de materiales naturales y sintéticos, son producidos por los propios habitantes de la recóndita Vila Juaba, situada en el corazón de la Amazonía y donde viven unas 3.000 personas. Fuente: [EFE]