El actual brote en Chipre es un coronavirus felino, no relacionado con la COVID-19. De momento, no parece infectar a las personas. Lo normal es que cause un malestar estomacal leve en el animal, pero puede derivar en una peritonitis infecciosa felina (FIP, por sus siglas en inglés). En dicho caso, los glóbulos blancos se infectan y el virus se propaga por el cuerpo del animal, provocando una reacción inflamatoria que puede resultar fatal en el abdomen, riñones y cerebro. El contagio es a través del contacto con las heces de los gatos. Según un estudio realizado en 35 clínicas veterinarias los decesos alcanzan los 8.000. (Fuente: América TV)