Rosa Chávez Yacila
Panchita era una joven cajamarquina que migró a Lima en busca de mejores oportunidades. Una vez en la capital se hizo trabajadora del hogar. Lo que luego vivió fue una serie de sinsabores: sus empleadores la maltrataban, sufrió por amor, la engañaron. Sin embargo, Panchita logra vencer las adversidades. Segura de sí misma decide asumir su nombre sin diminutivos: Francisca. «Termina empoderada» cuenta Blanca Figueroa, creadora de este personaje de ficción y la actual presidenta del Consejo directivo de La casa de Panchita. El nombre de una heroína de cómic creada para educar a las trabajadoras del hogar con las que Blanca realizaba labor social, ahora es una ONG que vela por el bienestar de las mujeres que ejercen esta profesión. «Las chicas me preguntaban quién era Panchita, así que decidimos fundar esta casa en su honor» cuenta Blanca Figueroa. Actualmente, en su local de Jesús María reciben todos los fines de semana a señoras, jóvenes y niñas que hacen trabajo de casa. Son alrededor de mil mujeres que pasan por allí cada año. Ellas son instruidas sobre sus derechos y sus obligaciones y también aprenden a reconocer su labor como una profesión más. Valiosa y útil. Blanca Figueroa y su equipo saben de las situaciones de injusticia que sufren las trabajadoras del hogar, por ello creen que La casa de Panchita es indispensable. Para ayudar a quienes las visitan dictan talleres y clases de capacitación, brindan asesoría legal y psicológica y cuentan con una agencia de empleo. Una labor grande para un gran grupo de mujeres que trabaja arduamente.
«Queremos que nuestras mujeres trabajen de una manera más eficiente, con conciencia de sus derechos, pero también de sus responsabilidades». Blanca Figueroa, Presidenta del Consejo Directivo.
«Nuestro deseo es que las chicas vean su trabajo como una profesión, que sean mejores, y que aprendan a comunicar lo que sienten» Rosario Ballena, Gerente General de la agencia de empleos.
«Yo conseguí mis derechos con mi esfuerzo, hablando mucho con mi jefe. Con el diálogo se pueden conseguir muchas cosas». Ofelia Vilca, trabajadora del hogar y una de las fundadoras de la ONG.
«Es la variedad de personas que estamos aquí lo que hace de La casa de Panchita el lugar que es, un lugar en el que todos somos vistos de la misma forma». Johana Reyes, Tesorera del Consejo Directivo y coordinadora del Trabajo de Voluntariado.
«Como persona que llega aquí por primera vez, tengo que decir que desde el primer día me sentí acogida, en familia, apoyada. La Casa de Panchita se convierte en tu hogar». Maite Ilundain, voluntaria.
¡La casa de Panchita te necesita ahora!
En junio de 2015 se vence el contrato de alquiler del local y si no lo compran, deberán abandonarlo. El dueño del inmueble lo está vendiendo a 450 mil dólares, casi la mitad de su precio real que es aproximadamente 1.5 millones. Si la gente de La casa de Panchita se va de allí, difícilmente podrá conseguir un sitio similar, adecuado para las actividades que realizan, de más de 530 metros cuadrados y a un precio accesible.
Para ayudarlas a juntar la suma puedes donar dinero de tres formas:
1) A través de depósitos en su cuenta del Banco de Crédito (BCP):
- Cuenta de ahorro en dólares:
AGTR-LA CASA DE PANCHITA – N°: 19415122467118
- Cuenta de ahorro en nuevos soles:
AGTR-LA CASA DE PANCHITA – N°: 19430987590093
2) Entrando a su página web, http://gruporedes.org/apoyanos/, y donando online con tarjetas VISA Net.