Tomar la decisión de ser actriz no fue difícil. Cécica Bernasconi siempre supo que quería serlo, estaba en su sangre. A los 12 años asistió su primer taller de actuación en Lima. Dos años más tarde todo empezó de manera profesional. Mientras pasaba unas vacaciones con su familia en México ganó una beca para estudiar en el Centro de Educación Artística de Televisa.
No volvió a vivir en el Perú hasta los 24. Y esto, que para una aspirante a actriz sería la mejor experiencia, para ella fue la más dura. “Nunca tuve adolescencia. Era una niña que tuvo que madurar muy rápido y crecer en un grupo de gente mayor que yo”, recuerda. Un día despertó y dijo no más. “Se me iba la vida en México. Quería estar con mi familia y era muy difícil conseguir trabajo. Cuando estaba en el avión a punto de aterrizar, las lágrimas me chorreaban, siempre sentí nostalgia y esa tristeza de no estar acá”.
¿Cómo crees que has evolucionado con todo lo que has vivido?
De chica era muy tímida y a la vez muy efusiva, reventaba muy rápido. Me desesperaba mucho, sufría porque sentía que el tiempo se pasaba y no hacía lo que quería. Con los años viene la calma, aprendes de ti, de la vida, de tus experiencias. Otra cosa sería tener esos 14 años sabiendo todo lo que ahora sé. Allá perdí mucho tiempo buscando trabajo.
¿Recuerdas cómo fue volver a Lima?
Fue difícil. No sabía qué hacer y empecé a probar en cástings para comerciales. El primer año hice 20 comerciales; luego hice la novela “Nino” y no paré. En 1995 creamos con Lucía, mi madre y mi hermana Sandra la productora Arkho. En el 96 hicimos la obra “Sexo, Pudor y Lágrimas”, nuestro primer montaje. Fue un éxito en el teatro Británico.
¿Qué te ha dado el teatro?
Es como una terapia, es maravilloso. Puedo llegar enferma, deprimida, sin ganas. Pero termina la función y salgo con energía, renovada. Entro en otra atmósfera, sudo y salgo radiante.
Tienes una larga carrera.
La carrera de un artista tiene que ser larga, no puede existir una fecha de caducidad. Pero no he producido tanto como quisiera, me hubiera gustado hacer más televisión y cine. La televisión es un espacio en el que me divierto muchísimo. La rapidez me encanta.
¿Crees que la televisión es un espacio en el que las mujeres se identifican con estereotipos?
Pensándolo de esa manera, la televisión peruana tiene un atraso de 60, 70 u 80 años. Por ejemplo, Televisa, que fue la meca de los melodramas, está en la quiebra. Esos melodramas están desfasados, pero lo curioso es que aquí tienen ráting. En ellos, las mujeres siempre están relegadas a ser la víctima, la que aguanta por la familia. En otras partes del mundo la televisión ya cambió.
¿Te consideras feminista?
Es importante la igualdad entre el hombre y la mujer, aunque siento que, a pesar de lo que se ha avanzado, todavía seguimos rezagadas en muchos aspectos sociales. El hombre gana mucho más y le ofrecen más trabajos sin importar su edad. Creen que la mujer cuando llega a los 40 ya no funciona, que pierde valor. Como si una mujer después de los 40 no viviera, no amara, no se ilusionara. Para mí es al contrario, su valor aumenta.
A los 12 años tenías claro que querías ser actriz. No fuiste una niña promedio.
No. Y hasta ahora, cuando hago algo, lo hago con seguridad y asumo las consecuencias. Soy arriesgada. Y si el resultado es negativo lo asumo y sigo para adelante.
¿La vida se trata de eso, de arriesgar?
A mi edad todo pasa muy rápido. Lo más importante es sentirte bien contigo misma y hacer lo que realmente quieres. Antes, aceptaba todo, aunque no me gustara, había que ganar experiencia, es la forma de avanzar.
¿No sigues los roles impuestos a las mujeres? No eres mamá, ¿te provoca serlo?
No creo en nada que imponga la sociedad. Salir embarazada nunca estuvo en mis planes, pero ¿sabes qué me haría muy feliz?, adoptar. Veo a tantos niños abandonados que me llenaría el alma poder entregarles amor y educación. Siempre lo pensé y lo veo así.
Eres una mujer con carácter fuerte.
Soy un ángel, pero tengo carácter. Soy efusiva, inquieta. Digo lo que siento. La injusticia me hace explotar en todos sus aspectos, que me quieran ver la cara de idiota abiertamente son cosas que me hacen reventar. Pero también soy tímida. Me ven extrovertida, hablando mucho, pero no sabes lo que puedo estar sintiendo por dentro. Es una timidez disfrazada. Me cuesta entrar a un lugar con gente que no conozco, aparentar que no soy tímida es algo que he aprendido con los años.
¿Cómo la niña que se fue a México a los 14 años?
Me sigo sintiendo como esa niña un poco volada, perdida, que juega sola. Y sigo jugando sola. Tienes que llegar a esta edad para entender que debes mantener un espíritu joven. Tienes que seguir intentando hacer lo que quieres, no importa la edad, es un deber.
Has crecido en libertad.
La libertad es saber estar, oír a los demás. No es hacer lo que quieres, es hacer lo que puedes. ¿Quién es libre al 100%?
¿Cómo defines la belleza?
Siempre me he preguntado de dónde vienen los estándares de belleza. A mí me da igual. Son tonterías. Una persona puede ser tan encantadora por dentro que lo que emana es bellísimo. La imposición sobre lo que es bello es algo que no entiendo.
¿Y la felicidad qué es para ti?
La felicidad es estar en conexión con una misma. Si no estás feliz contigo, ¿cómo vas a estar bien con tu entorno?