Lucero Yrigoyen M. Q.
Llegó el momento esperado. Tu príncipe azul te entrega ese anillo que a todas nos gusta lucir con orgullo. Después, viene la pregunta de rigor: ¿quieres casarte conmigo? Emocionada dirás que sí, sin reflexionar lo que significará tu nueva vida.
Después de la luna de miel, empieza la realidad. Tendrán que convivir con las costumbres y manías del otro. Por si acaso, dejarás de ser la dueña del control remoto del televisor (a los hombres les obsesiona el aparatito). Si hay hijos de compromisos anteriores, necesitarás que se adapten a los nuevos hermanitos y si hay mascotas, también tendrán que aprender a convivir.
En el caso de nuestros engreídos, explica la veterinaria Liliana Aguinaga, el proceso de adaptación a su nueva casa, familia u otra mascota debe ser gradual para disminuir el grado de neofobia o miedo a lo nuevo. Durante esta etapa, el castigo no es positivo, un enérgico «no» es más efectivo si lo usamos correctamente.
El tiempo de adaptación es relativo. Lo importante es darles cariño, ser constantes y tener paciencia. Mientras menos territorial sea el perro, más fácil será.
Si la nueva convivencia va a ser entre perro y gato, no te preocupes, pueden llegar a ser grandes amigos. Lo ideal es que se conozcan desde pequeños, no mostrar preferencias para evitar los celos y respetar el lugar favorito de cada uno.
Un consejo, antes de llevar al gato a un hogar donde habita un perro, entrena al can para que respete dos órdenes: «suelta» para dejar objetos y «stay» o «quieto». Cuando ya aprendió las indicaciones, coloca al gato en un kennel cerrado, haz ingresar al perro con un arnés al espacio y deja que lo olfatee. Luego, retira al can y saca al gato para que huela los olores que dejó el perro. Repite la rutina varias veces por dos semanas antes de juntarlos.
EL DÍA ESPECIAL
Después de meses de organización, llegó el día de la boda. Kathy Espath, wedding planner, cuenta que le han pedido que las mascotas de los novios participen de la reunión, porque son consideradas parte importante de la familia y quieren que asistan a ese momento tan especial.
Según su experiencia, ha impreso en los partes caricaturas de las mascotas y de los novios. También han participado como modelos para los muñequitos en la torta de boda.
Si se porta bien, el perro puede asistir a la reunión, de preferencia si es pequeño o mediano y es sociable. Kathy ha visto en bodas mascotas vestidas de gala. La comida no es problema, incluso puede prepararse un menú para el especial invitado de cuatro patas.
Después del sí, la mascota puede participar en la sesión de fotos de los novios. ¡Con imaginación, todo es posible!