Su canción “Solita” suma más de cuatro millones de vistas en YouTube y 500 mil reproducciones en Spotify. Pero la historia de esta cantante de 28 años comenzó antes. Mucho antes. Durante su infancia, rodeada de un piano, una batería, mil discos compactos y ciento cincuenta vinilos. “Con mi papá, mi mamá y mis hermanos veíamos los conciertos de Queen, The Beatles, Roxette y Pavarotti. Una y otra vez. Así me enamoré de la música”, cuenta Mia Mont. “Hay recuerdos que no voy a borrar”, canta Fito Paez. Para ella, ese es uno de ellos.
También guarda en la memoria la primera melodía que compuso, dedicada a un romance adolescente; su primera presentación en público durante un show escolar; y cuando fue consciente de su voz (y talento). “Tenía 12 años, canté un tema que escuché en la radio, creo que de Christina Aguilera, y mi papá me dijo: “algún día serán tus propias canciones y te oiremos en la radio. Eso me marcó”. Fueron instantes, versos y armonías los que empezaron a crear esa relación.
Estás en el momento más fuerte de tu carrera.
Con la canción “Por Él”, parte del soundtrack de la novela “Lalola”, estuvimos de gira por Ecuador, el primer país que nos abrió las puertas. Fuimos en el 2011, 2012 y 2014. Ese mismo año estuvimos en Colombia con el sencillo “Buscándote”. Este 2018 regresamos a Colombia y ahora estamos difundiendo “Solita” en México, un país al que cualquier artista latino quiere llegar. Quiero que mi música se escuche en diferentes países, la internacionalización es un paso crucial.
Recibiste el Premio Artista Revelación por la cadena HTV (2012) y fuiste nominada como Mejor Artista Región Sur en los Premios Heat HTV Cap Cana (2015). ¿Cómo mides el éxito?
El próximo año, un par de mis nuevas canciones formarán parte de la novela “Los Vílchez” y lanzaremos el segundo disco oficial. Las reproducciones y las vistas son importantes, pero más los comentarios. Que alguien se tome el tiempo de decirme que mi single significó algo en su vida es lo que me da más satisfacción. Más que el dinero que pueda ganar, que obviamente es relevante porque quiero vivir de esto, lo más importante es lograr una conexión. Tocar un corazón, de eso se trata todo.
Empezaste dedicándote al pop, ¿cómo diste el paso a lo urbano?
Entre el 2014 y 2015 notamos que el espacio para el pop era cada vez más reducido y que lo urbano entraba con más fuerza. Entonces, Milenial Records (la disquera que tiene junto a sus dos hermanos mayores) lanzó el remix de la canción “Yo no Fui”, en el que participé con varios artistas locales y se convirtió en un boom. Fue el momento perfecto para incursionar en este género, así que lanzamos “Prohibido”. En este mercado y época, el artista tiene que reinventarse para avanzar. Tienes que saber adaptarte sin perder tu esencia.
La música urbana suele ser criticada por contener mensajes machistas.
Como mujer y artista estoy en contra de cualquier mensaje, comportamiento y actitud machista o violenta. Entiendo que cada cantante tiene una voz y la libertad para dar el mensaje que quiera, pero el público tiene la misma libertad para seguirlo o condenarlo.
¿Y cuál es el mensaje que tú quieres transmitir?
Soy romántica, todas mis canciones siempre estuvieron ligadas al amor, pero hoy también están relacionadas al empoderamiento. La letra puede tratar de que te rompan el corazón, pero eres consciente de que no se acaba el mundo. Ante cualquier experiencia mala, siempre puedes salir adelante y sacar algo positivo.
Tu imagen ha cambiado. Ahora juegas más con tu sensualidad.
Al sentirme más cómoda con mi cuerpo, algo que se ha ido dando con el tiempo, me siento más sexy. Ser sexy no se limita a tu vestimenta, tiene que ver con tu personalidad, sentirte segura y reírte de ti misma.
¿No siempre te sentiste cómoda con tu cuerpo?
Desde pequeña sufrí. En el colegio me decían gorda, que parecía embarazada. He pasado por varios nutricionistas durante mi infancia y adolescencia, porque tenía sobrepeso. En esta carrera te expones mucho y hay una presión real respecto al físico. Me he cuestionado por ser más ancha, por tener piernas más gruesas y he llegado a sentirme menos al lado de una chica más delgada. He tenido muchas inseguridades, pero con los años he logrado sentir paz y aceptarme. No quiero cambiar mi cuerpo, sino lograr mi mejor versión. Como sano y disfruto de mi entrenamiento, pensando en mi bienestar.
Tienes más de 450 mil seguidores en Facebook y casi 50 mil en Instagram. ¿Cómo lidias con los haters en tus redes sociales?
A algunas personas les gusta lo que hago y a otras, no. Si alguien negativo me dice que canto feo o que soy gorda, no le contesto. Responderle es darle lo que quiere: atención. No voy a gastar mi tiempo en ellos. Mi paz no me la va a quitar nadie. No quiero expandir ese odio en mis redes sociales. A mis seguidores intento responderles siempre. Ellos permiten que mi carrera artística avance. Se merecen mi tiempo y mucho más.
Parte de tu público es de la comunidad LGTBIQ+, ¿estás a favor de la unión civil?
Sí. Es vital que todos tengamos los mismos derechos y seamos felices. Quiero apoyar a la comunidad en la forma que pueda, es una lucha diaria para reeducar a las personas sobre lo que significa el respeto.
También estudiaste para ser coach en el 2016, ¿por qué?
Mi papá es psicólogo y siempre me fascinó el comportamiento humano. El coach es una aproximación a esto. Por ese tiempo, estaba pasando por varios cambios. Incluso, había terminado una relación de más de cinco años.
¿Qué te enseñó el coaching?
Fue un espacio para mí. Me ayudó a ser más segura en todo sentido, a limpiar los traumas que tenía con mi peso, a creer en mí y en mi talento. Además, era muy dependiente de mi familia, no quería hacer nada sin su aprobación. Me tocó conocerme y ver quién era sin ellos. Tomé las riendas de mi vida, me volví más independiente, empecé a tomarme todo con más calma y aprendí a comunicarme mejor. Estos dos últimos años han sido de crecimiento personal y del despegue de mi carrera. Cuando te sientes más segura, tienes otra energía y las cosas empiezan a caminar