¿Estás cansada de tu trabajo y de tus actividades laborales? Respira un momento y analiza bien la situación con estas cuatro razones por las cuales deberías conservar tu empleo antes de tomar alguna decisión radical y apresurada.
1. La competencia
Una razón fundamental para mantener el empleo es considerar cuánto conviene convertirse en una persona desempleada. Actualmente, la tasa de desempleo se ubica en 6.9%, según cifras del INEI para nuestra capital. Es mejor priorizar los compromisos asumidos económicamente como pagos de cuentas u otros y mantenerse con trabajo, porque luego la competencia podría ser muy dura.
2. Tu especialidad
Si trabajas en un área especializada, es muy probable que te sea difícil encontrar otro trabajo en el campo donde te desempeñas. Aunque no es del todo imposible, quizás te tome algunos meses e incluso puede que tengas que considerar trasladarte al exterior. Además, si ahora ganas un sueldo considerable, cambiar de especialidad podría implicar una reducción de salario.
3. Tus aspiraciones
¿Sientes que te has estancado y llegado a tu techo en la empresa donde te desenvuelves? Tranquila. Con algunas ocupaciones, puede tomar algo de tiempo el ascender y mejorar tus expectativas. Que la frustración no te gane del todo, quizás estás a punto de ser promovida y entrar a una posición que realmente te haga sentir a gusto.
4. Tus beneficios laborales
Incluso si lo odias, existen numerosos beneficios laborales que puedes mantener si decides seguir adelante con tu trabajo. Por ejemplo, están los seguros médicos, las vacaciones pagadas, la CTS, la AFP, entre otros. Renunciar al empleo es también olvidarse de estos aspectos tan importantes para tu vida cotidiana y a futuro.