Todas tenemos una mejor amiga que es como nuestra hermana y al ser una relación tan fuerte entre ambas, detalles como la vergüenza o el desagrado pasan a segundo plano.
Esos límites normales que tienes con las demás personas, entre ustedes ya no existen pues su nivel de confianza ha llegado al tope. ¿Agregarías alguno a la lista?
1. Aquella vez en la que entraron juntas a orinar
¿Por qué las mujeres vamos juntas al baño? Es uno de esos misterios de la vida que no sabemos responder, así como tampoco podemos explicar las razones por las cuales no tenemos problema de orinar con ellas dentro del cubículo. Lo divertido es que la conversación continúa como si estuviéramos sentadas en la mesa del bar, nada cambia.
2. Esa noche en la que necesitaste alguna cosa “íntima” y te la dio
En este rubro entra de todo: peine, depiladora, toallas higiénicas, sostenes y, en casos extremos, el cepillo de dientes. Ustedes ya son como una sola persona y a ninguna de las dos le molesta prestarle algo como esto a la otra. La única regla es devolverlo limpio cuando termines o reponerle uno nuevo.
3. La vez que se endeudaron y nunca se pagaron mutuamente
Eso de “tú pon ahora y yo te doy después” no existe entre ustedes pues ambas saben que no va a pasar. Si en un día tienes algún apuro de dinero, no tienes dudas de que ella va a estar ahí para apoyarte. Y si en algún momento si necesita que le devuelvas la plata, no va a estar detrás de ti cobrándote.
4. Ese día en el que se comió tu almuerzo sin remordimientos
Cosa normal: tu amiga llega a tu casa, abre la refrigeradora y saca el primer plato de comida que encuentra. Y si no hay algo preparado, no duda en agarrar algunos ingredientes para prepararse algo. No importa si era la última lata de atún que tenías, igual puedes ir tú a su casa y comer lo que quieras de la alacena cuando quieras.
5. La madrugada que te contó los detalles de su último encuentro sexual
Tú no solo sabes el nombre de la persona con la que se acostó sino dónde la besó, cómo la tocó y, lo más importante, si tuvo un buen desempeño o no. Luego de escuchar esas cosas, nunca volverás a ver de la misma manera a ese hombre.
6. El momento en que verse desnudas ya no es novedad
Cambiarse juntas en el mismo cuarto no es cosa rara entre ustedes. Incluso hablan de lo descontentas que están con algunas partes de su cuerpo y no tienen vergüenza de mostrárselas (siempre que sea posible).
7. Esa ocasión en la que ella tenía que ir al baño y te lo hizo saber
Escucharla decir que quiere orinar o “se hace el dos” ya no es extraño para ti. De hecho, ya sabes darte cuenta cuando se muere de ganas de ir al baño y no lo hace. ¿Asco entre ustedes? Eso es cosa del pasado.