Mayra Zunini
Ser adolescente es tan natural como complicado. Contradicciones de esta etapa de la vida: prefieres estar con tus amigos, fuera de casa, y cualquier pregunta de los padres te molesta. Sin embargo, cuando sabes que papá y mamá están en casa te sientes feliz y amado. Pero, ¿qué pasa cuando todo esto cambia?
Cuando estaba en 4to de secundaria, una amiga en el colegio me decía que para ella su papá era su abuelo. La relación entre sus padres finalizó de la peor manera. Su mamá echó a su papá de la casa y tuvo otra familia, para luego irse del país. Nunca lo volvió a ver.
Su caso no es diferente al de tantos adolescentes que pasaron o viven ahora esta situación. En el 2012, el INEI señalaba que se inscribieron en el Perú más de 13 mil divorcios, siendo las causas principales de ruptura la infidelidad y la «mala química» entre los miembros de la pareja. El estudio no incluye a quienes están casados pero separados físicamente, ni a quienes tienen un hijo luego de la convivencia, por lo que la cifra potencial de adolescentes hijos de padres separados podría ser mayor.
Ser un adolescente cuya imagen de familia se desintegra es complicado, sobre todo en esta etapa en la que buscas atención y sentirte protegido. Pero, hay ocasiones como esta, en la que es mejor respetar la decisión de los padres. Si ya conversaron contigo sobre esta decisión, es importante que preguntes y resuelvas tus dudas sobre la situación.
Puedes consultarles sobre la organización de ahora en adelante, con quién vivirás, qué días verás a cada uno y dónde pasarás la Navidad, el Año Nuevo, tu cumpleaños, etc. Con esto lograrás ordenar los tiempos tanto para ti, como entre tus padres. Aunque es difícil, el motivo o la causa de la separación no siempre es un tema que deberías tocar, porque eso te haría equilibrar la balanza hacia uno de los lados si existen agravios.
La adolescencia es una etapa de formación, por eso debes evitar convertirte en terapeuta o mensajero de alguno de ellos. Si crees que alguno de los dos te está utilizando para mandar señales al otro, con que le respondas «díselo tú» será suficiente para que comprendan tu incomodidad. Tampoco aproveches el distanciamiento entre ellos para ejercer poder y decir cosas que te favorezcan. Si quieres que tus padres mantengan una relación cordial, sé sincero con ellos y establece límites, así podrás ayudar a que la relación sea mejor.
En el caso de que el final de la relación entre tus padres se diese de forma conflictiva, no permitas que te separen de uno de ellos, conversa y diles que necesitas a ambos en tu vida, crea también vínculos estrecho con la familia de ambos, sean abuelos, tíos, primos, etc.
Emocionalmente, el divorcio o la separación de los padres es un duro golpe para cualquier hijo, tal vez te cambie la idea de lo que es realmente la familia, pero recuerda que hay que trabajar con los padres para superar este conflicto.
Como hijo, tu función no está en reconciliarlos o elegir entre alguno. Está en comunicarte con ambos, decirles cómo te sientes al respecto y darte cuenta de que, aunque ya no estén juntos, seguirás contando con ellos.
Por otro lado, si tienes hijos, estás a punto de separarte y estás leyendo esta nota, contribuye a su estabilidad emocional y no permitas que esta decisión sea dolorosa o traumática para él. Llega a un acuerdo con tu ex pareja, manejen esta situación con madurez y fomenta la comunicación.
Recuerda que aunque el amor se haya acabado entre ambos, ser padres es una labor que compartirán para siempre.
Fuentes:
Manuel Saravia, director del Instituto Psicológico y Consultoría.
Iciar Villacieros, magíster en terapia familia y de pareja, docente de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.
Mariella Vega Swayne, psicóloga y terapeuta familiar del Dpto. de Diagnóstico del CPAL.