Fue por los años setenta aproximadamente cuando la técnica del draping se volvió tendencia. ¿En qué consiste? En esculpir e iluminar el rostro aplicando color en las mejillas sin usar un contourning. Sigue estos pasos y consigue darle luz a tu rostro utilizando rubor.
¿Cómo realizarlo?
Paso 1
Elige dos colores de rubor: uno oscuro (color neutral) y otro más claro. Para las pieles trigueñas se recomiendas los tonos rosas y melocotones. Si tu tez es clara utiliza rubores en rosa pálido y fucsias encendidos; y si eres morena elige colores bronce o coral.
Paso 2
Con una brocha, usa el tono más oscuro de atrás hacia adelante y dibuja una forma de manzana alrededor de tu rostro. La idea es darle profundidad y estilizarlo. Además aplícalo en la zona del pómulo bajo, para marcar la forma natural del hueso.
Paso 3
Con la misma brocha, aplica el tono más claro en forma diagonal y en círculos alrededor de la silueta dibujada. En los pómulos hazlo en la parte de arriba para dar luminosidad a lo que antes habías maquillado con el tono más oscuro. El resultado un maquillaje con una piel natural que tendrá el efecto de haber tomado sol en la playa.