Lucero Yrigoyen M. Q.
Cuando leemos noticias sobre animales maltratados nos llenamos de indignación y desconcierto. La psicóloga Alina Jara nos explica quienes maltratan animales tienen conductas antisociales y es probable que busquen descargar sus impulsos, asociados a un placer sádico, produciendo daño y dolor a un ser sensible e indefenso.
Si un adulto muestra crueldad con los animales es posible que también manifieste violencia en sus relaciones interpersonales, falta de control de impulsos y otras conductas transgresoras. Son individuos incapaces de empatía, no regulan sus emociones y no saben manejar la frustración. Estos maltratadores pueden caer en estados de ira fácilmente y desbordarse en conductas dañinas para sí mismos y para otros.
Es probable que quienes maltratan animales hayan estado expuestos desde niños a ambientes negativos. Por ejemplo, pueden ser hijos de padres alcohólicos o drogadictos o haber vivido en hogares violentos, con escaso sentido de autoridad y falta de apego. Es común que quienes sienten placer por maltratar a un animal hayan sufrido o presenciado abusos físicos, emocionales o sexuales.
Esta actitud antisocial podría presentarse en algunos niños de manera pasajera o durante su desarrollo. En este caso, hay que tomar en cuenta la edad, si es una actitud aislada o si va acompañada de otras conductas de transgresión a las normas o antisociales. Si se presentan algunas manifestaciones, es importante observar la respuesta emocional del niño ante su propio acto. El papel de los padres y de las personas que lo cuidan es importante para enseñarles a modular conductas, fomentar la empatía, el respeto y cuidado a los animales.
INVESTIGACIONES
Empecemos a crear conciencia en los niños. La psicóloga Zoila Narváez comenta que en Estados Unidos e Inglaterra se realizaron estudios en menores y adolescentes que maltrataban a mascotas. Según datos del FBI, en la juventud y adultez eran más propensos a convertirse en asesinos en serie.
En Lima se hizo una investigación con 95 alumnos de entre 12 y 14 años de un colegio estatal. La conclusión fue que el 85% de los casos de maltrato era para vengarse de castigos físicos, psicológicos o en protesta por quitarles algo que querían. Los maltratos más comunes a mascotas eran: ahogarla, ahorcarla, amarrarle un fuego artificial en la cola y pegarle con un objeto, incluso matarlos.
La educación de los niños empieza por casa. Enséñales desde pequeños a respetar a los animales y a la naturaleza. Investigaciones Démosles siempre el ejemplo.