Llegó diciembre. Mientras para muchas personas este mes connota familia, unión, solidaridad, celebración y alegría, para muchos animales se trata de uno de los meses más estresantes del año.
Empecemos por los juegos pirotécnicos. Si bien el momento cumbre es la Noche Buena, los días previos y posteriores al 24 de diciembre también dejan sentir uno que otro ‘cuete’ en el aire.
Seamos honestos, las luces de los fuegos artificiales son lindas, espectaculares, grandiosas, pero el estruendo no lo es, menos aún para niños pequeños, personas con discapacidad mental, ancianos y animales.
El ruido de los artefactos explosivos afecta sobremanera a los animales. En primer lugar, porque su oído es mucho más sensible que el de los humanos. Segundo, el miedo no viene solo del retumbe sonoro sino también de no entender de dónde sale este ruido tan molesto y por qué motivo les afecta tanto.
Eventualmente ese temor se convierte en trauma y ambos son las fórmula perfectas para generar estrés.
Según un estudio realizado en 2010 y publicado en la página mascotas.mercola.com, el estrés de vivir con un trastorno de miedo o ansiedad puede generar efectos negativos en la salud y vida útil de un ser vivo en general. Cuando un perro está bajo estrés, por ejemplo, su cuerpo libera una cantidad excesiva de noradrenalina, conocida como la hormona de ‘lucha o huida’, que puede alterar su microbioma intestinal e interferir con la motilidad del tracto gastrointestinal.
Un tercer factor que también suele estresar o angustiar a nuestras mascotas es el cambio en la rutina del hogar. Diciembre es sinónimo de vacaciones, los chicos pasan más tiempo en casa y eso puede ser motivo de estrés para algunas mascotas. Si bien puede haber más momentos de juego y afecto, también habrá menos momentos para descansar, algo elemental para un perro.
El hecho de tener más reuniones de lo normal, dentro y fuera de casa, ya sea con la familia, amigos o colegas, también altera la dinámica regular del día a día y eso también puede afectar a nuestros animales.
Otra novedad de diciembre es la instalación de adornos en el hogar. Arbolitos de Navidad, guirnaldas, velas, muñecos que se mueven a ritmo de villancicos y luces intermitentes. Para quien no entiende porqué de pronto tanto ruido en un lugar que suele ser más tranquilo, sentir algo de estrés o ansiedad tiene sentido.
Entonces, ¿Qué hacer para ayudar a que nuestras mascotas ‘sobrevivan’ la Navidad?
Primero, saber cómo identificar las señales de estrés. Éstas son rabo metido entre las patas, temblores, jadeo, caminar de manera agitada, bostezos constantes, menos apetito, diarrea, gemidos o aullidos.
¿Cómo ayudarlos a relajarse?
Una buena estrategia para minimizar el impacto de los juegos pirotécnicos en los oídos de tu mascota es acompañarla a pasar el momento crítico en un lugar cerrado, aislado y poner música clásica o suave.
El ejercicio es clave. Aumentar los paseos, los momentos de juego, las demostraciones de afecto y la estimulación mental ayuda mucho.
Los remedios homeopáticos, las esencias florales o agua de azahar diluidos en su plato de agua, aceite de lavanda o chalecos que pongan presión en su cuerpo también son una técnica muy usada.
Si no funciona a la primera, ni te frustres ni desistas. Toma en cuenta que no todos los animales responden igual, es cuestión de ir probando qué va con tu mascota y contigo también.
¡Felices fiestas!