Si bien Karina Canales es reconocida por ser una de las mujeres peruanas que triunfan en Google, muy pocas personas conocen una de las labores que más demanda su tiempo y su energía: la de ser la fundadora de Stray Animal Project, una organización dedicada a reducir el sufrimiento animal a través de la promoción y educación de la esterilización y castración en el Perú.
“Me involucré en esta misión en el 2018, cuando rescaté a un perrito, y logré salvarlo y darlo en adopción. Ahí vi lo costoso que había sido el proceso, y me di cuenta de que, para tener un impacto a gran escala en el país, me debía enfocar en esterilizaciones a callejeritos y a mascotas de familias de bajos recursos”, cuenta.
En la actualidad, no sólo ha podido realizar 25 mil esterilizaciones en perros y gatos en 5 departamentos del Perú, sino también está trabajando en llegar a más zonas del Perú, especialmente aquellas en donde menos llega la ayuda, como la selva peruana.
“Cada animalito que ayudamos me trae mucho orgullo y felicidad. Pero, si tuviera que mencionar un proyecto, sería el de la comunidad de Acopampa, en Ancash, en donde hace año y medio venimos haciendo campañas constantes y ya hemos esterilizado a más del 50% de los animalitos. Ancash es la tierra de mis abuelos maternos y para mí significa muchísimo llegar a esas zonas tan remotas donde no hay veterinarias”, agrega.
Una de las mujeres que también está detrás de la creación de una ONG que aboga por los animales más necesitados es Claudia Dawson. La ingeniera industrial de profesión es una de las fundadoras de WUF, organización peruana que promueve la adopción y tenencia responsable de mascotas desde el 2015.
“Una de las motivaciones para fundar WUF fue el ver a tantos perros a su suerte, y darme cuenta de que nadie hacía nada. Además, conocer el mercado de compra y venta de perros de raza, y todo lo que hay detrás... Pero, sobre todo, ver en cada uno de esos perros abandonados a los míos, y pensar que, si no hubiese hecho algo por ellos, también podrían haber terminado así”, confiesa.
“Nuestro sueño con la organización es, honestamente, que ya no seamos necesarios. Esperamos que, en un futuro, cada animal tenga un hogar que lo valore y lo ame, y que WUF haya jugado un papel crucial en hacer de ese futuro una realidad”, añade.
Junto a Dawson, una de las mujeres clave de WUF es Valeria Cejo, gerente general de la organización, quien se incorporó al equipo en el año 2021.
“Si bien trabajo en la ONG desde hace 3 años, en realidad, desde hace 7 años soy parte del mundo animalista: he rescatado, adoptado y ayudado a varios perritos. Sin embargo, desde mi rol como gerente, considero que puedo contribuir a generar un impacto mayor con el sueño que tengo de ayudar a los animales que más lo necesitan”, explica Cejo.
“Una de las satisfacciones más grandes para mi es saber que, algunos de los Wufs que he conocido por años, ya tienen una familia. Es muy conmovedor, y me impulsa a seguir trabajando por más casos como estos junto a mi equipo”, agrega.
“Hoy en día, lo que más quiero lograr junto a WUF, es que la ONG cada vez ayude a más animales… Que podamos convertirnos en la organización principal en el Perú para mejorar la vida de los que más lo necesitan, especialmente a través de promulgación de leyes, como ya hicimos con la Ley Cuatro Patas”, enfatiza.
En este contexto, también es importante mencionar el trabajo que realizan las mujeres detrás de la administración de los albergues de perros. Una de esas mujeres es Sara Morán, encargada de velar por el cuidado de los perros de Milagros Perrunos.
“Tengo más de 25 años buscando, de una y otra manera, aminorar tanto abandono y maltrato a los perros y gatos menos favorecidos. Hay muchos animales que atraviesan desdicha, hambre, sed, maltrato, y que agonizan sin recibir ayuda. Realmente es una realidad muy dura… A veces quisiera tener un superpoder para mejorar su situación”, sostiene Morán.
Si bien no tiene poderes sobrehumanos, sí se podría decir que es una heroína sin capa, ya que ella se encarga de velar por un refugio que acoge a 120 perros y gatos rescatados de situaciones extremas. Y es que la gran mayoría de mascotas del albergue Milagros Perrunos tiene alguna discapacidad física producto del abandono al que han estado expuestos en las calles.
“Lo más difícil, sin duda, es costear el hogar y todas las necesidades de mis animalitos, ya que algunos casos son muy complejos. Sueño con tener un terreno más grande, y así ver a mis perritos y gatitos más libres. Amaría tener un lugar en donde puedan correr y jugar con más espacio”, añade.
Una de las mujeres que también se encarga de velar por el cuidado de más de 80 inquilinos de ‘cuatro patas’ es Majo Morales, abogada y encargada del albergue Wasi wau. Hace más de 10 años, ella se embarcó en la aventura de velar por los perros en estado de abandono.
“Lo más difícil de este trabajo es no poder encontrar un hogar para todos… Especialmente cuando pasan los años y un perro se va quedando porque la gente solo quiere adoptar cachorros, y no se arriesgan adoptar un perrito viejito”, confiesa Morales.
“Aún espero el día en que pueda abrir las puertas de Wasi wau sin tener miedo de que me dejen un perro en la entrada y que las personas disfruten de todo el amor que nuestros rescatados tienen por dar, lo mismo que siento yo cuando llego todos los días y todos quieren mi atención. Es hermoso sentir tanto amor y más cuando sabes que es un amor sincero y agradecido”, añade.
¡No compres, adopta! Conoce la labor de WUF en www.wuf.pe/adopta. y cambia una vida.