Cinthya Ugarte jamás pensó que encontraría a su mascota en el Mercado de Flores de Barranco. Sin embargo, le fue imposible pasar de largo cuando vio a una cachorra totalmente desprotegida y abandonada a su suerte. “Dije: ‘no la puedo dejar sola si es que puedo ayudarla’”, confiesa.
Inmediatamente, llamó a su hermana, y ambas rescataron a la pequeña Balita, quien hoy es una de las engreídas de la familia Ugarte.
Para Cinthya, el ayudar a los animales no sólo es parte de su ADN, ya que creció rodeada de perros, sino también le permite desarrollar su instinto maternal.
“Tengo un instinto maternal muy fuerte y, siento que todo ese amor maternal lo he volcado en mis perros. Siempre quiero que estén bien, y que tengan todo el amor del mundo”, revela.
Fue ese instinto maternal el que la impulsó a luchar por la vida de Balita.
“Le dio parvovirus, y me dijeron que se iba a morir, pero se recuperó… Hoy es una perrita super agradecida por todo lo que le ha tocado vivir, y nos hace sentir que nosotros somos su mundo entero”, señala.
La alegría de casa
Para Marco Guevara, hay un antes y un después en la vida de su familia tras tener un perro. Y es que la adopción de su querida Nala cambió por completo su rutina.
“Tener una mascota te obliga a ser más responsable y organizado pero, sobre todo, te da algo más valioso: amor incondicional”, confiesa.
Para él, no hay nada más especial que abrir la puerta de casa después de un largo día de trabajo, y encontrarse con su engreída. “Sentir esa alegría reflejada en ladridos y movimientos de su colita te hace sentirte acompañado en los momentos que más lo necesitas”, explica.
La pequeña Nala llegó a su vida tras un duro pasado de abandono y maltrato, y hoy le demuestra todos los días lo feliz que está de tener una familia.
“Ella es muy inteligente y cariñosa. Hace movimientos que expresan su agradecimiento, y disfruta estar acompañada de personas. Para nosotros no es una mascota, sino parte de nuestra familia”, enfatiza.
Carrie de Barranco
Para el running coach Bayron Calderón, el levantarse temprano es algo innato; sin embargo, asegura, la llegada de Carrie, es el plus que su rutina necesitaba.
“Me ha ayudado a trabajar más en la planificación y orden de horarios, y a disfrutar más el estar en casa para compartir con mis mascotas”, cuenta.
Si bien él ya vivía con dos gatos, Max e Yma, sentía que faltaba un integrante más en su familia y, por eso, adoptó a la pequeña Carrie con tan solo 3 meses.
“Quería agrandar mi familia y, sin duda, la llegada de Carrie nos ha traído mucha diversión, alegría y compromiso”, confiesa.
Además, el tener una perrita en casa también ha sido positivo para sus gatos. “Mis gatos están más activos con Carrie: ella juega con ellos y los tiene en movimiento. Eso me encanta porque se ejercitan. Carrie es la energía adicional que mi hogar necesitaba”, manifiesta.
Para Bayron, si hay gatos en casa, no es imposible tener un perro; pero, el desafío está en darles el tiempo necesario a cada mascota.
“Hay equilibrar la energía en casa y darles amor y atención a todos por igual. También hay que tener muy claro que significan una gran responsabilidad y merecen tiempo de calidad”, enfatiza.
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