En el universo de los adoptantes de perros, los hay de todo tipo; los que buscan cachorros, los que los prefieren jóvenes, grandes y activos, los que eligen peluchines tamaño “llavero” que puedan cargar a todas partes y los que adoptan perros en su tercera edad. Estos últimos son los más raros de encontrar.
Son escasas las personas que deciden hacer de la recta final de un perro sin hogar, los mejores años de su vida. Diana Amaya y Antoine Geneste son un ejemplo perfecto.
En junio de este año, esta pareja de esposos recibió en su casa a Chata, una perrita cuya foto estuvo demasiado tiempo en el portal de WUF esperando a que alguien se fijara en ella. De hecho, la marca de autos y camionetas Subaru fue la primera en apostar por Chata y durante un buen tiempo la auspició con la idea de jalar la atención de potenciales adoptantes.
Finalmente Diana quedó encantada al ver su foto y si bien agradeció los beneficios que tiene adoptar un perro Subaru –collar WUF, comida, entrenamiento gratuito, etc-, su máxima motivación fue hacer de esta perrita adulta de raza recontra mixta su mascota.
“Me enamoré de ella desde que la vi en la página de WUF. Llené la solicitud, la envié, fuimos aprobados casi al toque y desde que nos vimos, conectamos. Mi chatita es una bella”, comenta Diana mientras la apachurra en su camita.
Hacía rato que Diana quería volver a tener un perro. Antes tuvo dos; Lucas, que lo recibió como un regalo. Luego tuvo a Mateo, un perrito que adoptó de cachorro luego de que una perrita callejera diera a luz en la Universidad Mayor de San Marcos, donde estudió la carrera de Biología.
“Mateo falleció de viejito y pasé mucho tiempo queriendo adoptar otro perrito, pero tanto yo como mi esposo viajábamos mucho por trabajo, no hubiera sido responsable. Hasta que las cosas cambiaron para mi y ya pues. Chata llegó y fue como si hubiera estado acá toda la vida. Mi esposo, que al principio se hacía el difícil, está encantado con ella. Ahora pregunta por ella primero que por mi”, dice Diana entre risas.
El antes de Chata
La historia de Diana, Antonie y Chata tiene poco tiempo, pero si esta perrita hablara, tendría toda una aventura aparte que narrar. Por lo pronto se sabe que pasó 2 años en el albergue Amor y Rescate, afiliado a WUF. Su rescatista, Ada Escudero, la encontró abandonada en una playa junto con sus siete cachorros. Estaba llena de pulgas y extremadamente flaca. Una de sus crías, Killa, también fue dada en adopción a través de WUF.
Chata ha pasado por mucho y a estas alturas está lidiando con una ligera artrosis, algo común en perros de avanzada edad, pero nada la frena cuando sale la correa que anuncia el esperado paseo. Diana la tiene a dieta estricta para facilitarle las cosas y a regaña dientes –y colmillos- ya ha bajado dos kilos.
“Lo que sea por lograr que se sienta mejor. Podríamos haber adoptado un perrito más joven y saludable, pero Chata fue la elegida desde que la vi. Yo entro mucho a páginas de las mascotas en adopción y hay animales que llevan toda la vida en un albergue. Me da demasiada pena pensar en esos perritos que nunca han conocido una familia, por eso es que decidimos darle a Chata sus últimos años en un hogar”, señala Diana.
Antoine nunca había tenido perros, solo conejos. Él es bien abierto al decir que los perros ensucian la casa, que botan pelo, que hay que sacarlos a pasear, pero asegura que uno se acostumbra con gusto, sobretodo con perritas como Chata.
“Ella me ganó rápido. Yo trabajo en Ica durante la semana, pero me gusta cuando regreso y ella me recibe feliz”, comenta Antoine. “Que sea adulta lo hace más fácil pues ya vienen educados, no te destruyen la casa y como trabajamos fuera, ella puede descansar tranquila. La pena es que se irá mas temprano de lo que uno quisiera”.
Para Diana, adoptar siempre fue la única opción. Tanto ella como su esposo coinciden en que al hacerlo se ayuda enormemente a reducir la cantidad de perros que se la pasan en las calles y que viven expuestos a toda una serie de riesgos.
“Estamos teniendo una linda experiencia con mi chatita. Aunque me parta el corazón, soy consciente de que ella no durará mucho, así que seguiré haciendo esto, adoptando perritos para darles un hogar”, asegura Diana.